El caso de Alfie Evans está en el momento decisivo. Su vida depende de que se tomen decisiones de manera inmediata. El hospital de Liverpool y el juez han desoído las peticiones de Italia, que ha concedido la nacionalidad al pequeño, y el deseo de los padres de que pueda ser tratado en el país. En la noche del lunes fue desentubado y supuestamente debería haber muerto a los 15/30 minutos. Sin embargo, doce horas después el pequeño sigue vivo e Italia va a proseguir con su presión diplomática.
La doctora Mariella Enoc, presidenta del hospital Bambino Gesù, se encuentra en Liverpool siguiendo el deseo del Papa, del que depende el hospital, para presionar y lograr trasladar al niño a Italia.
“He hablado anteriormente con el padre de Alfie y tiene ahora una mascarilla de oxígeno, pero hay que llevárselo. Hace poco hablé con el embajador Raffaele Trombetta, a quien le dije que el equipo del Bambino Gesù está listo para salir. La ministra de Defensa Pinotti está preparando un avión. La situación debe resolverse en unos minutos”, ha asegurado la doctora Enoc.
Italia, con el apoyo explícito del Papa Francisco, ha dado una esperanza a la familia. Este lunes por la tarde, cuando el niño debía ser desentubado, el gobierno italiano concedió la nacionalidad italiana a Alfie y pidió su traslado para ser tratado en Roma.
El embajador italiano en Londres inició las gestiones, pero ni el hospital ni el juez recapacitaron ni dieron marcha atrás pese a que la situación de Alfie cambiaba con su doble nacionalidad. Trombetta llegó a decir que en caso de que el niño muriera pedirían explicaciones por asesinato de un ciudadano italiano.
Aún así, el niño fue desconectado por la noche, pero el niño no murió, tal y como preveían los médicos del hospital de Liverpool. De este modo, la vía diplomática vuelve a ser clave para salvar la vida del bebé.