Aquella frase le atravesó el alma. Pese a su juventud y las presiones se levantó de la camilla y abandonó el centro abortista. Decidió tener a aquel bebé y al nacer lo dio en adopción. Ese pequeño superviviente se llama ahora David y tiene 24 años. Y esta historia se ha convertido en una película documental que cuyos protagonistas son ellos mismos. David, sus padres adoptivos y sus padres biológicos.
La película, que se titula I lived on Parkler Avenue, retrata la belleza de la adopción y muestra el momento en el que este joven decidió ir a conocer a la mujer que le dio a la luz, y que finalmente le dio la oportunidad de vivir al salir precipitadamente del abortorio.
David supo desde pequeño que había sido adoptado. Jimmy y Susan Scotton le dijeron la verdad desde niño. A los ocho años empezó a hacer preguntas y éstos le mostraron una foto de sus padres biológicos. “Siempre me pregunté por qué me habían dado en adopción, no quería ser diferente, quería encajar con el resto”, asegura este joven en el documental.
Cuando llegó a Secundaria, David nunca había contado la historia a sus amigos hasta que decidió decírselo durante un proyecto en clase. Ahí se despertó en él la intención de poder contactar con su madre biológica. Al principio fue a través de un abogado y luego ya directamente a través de Facebook hasta que se planteó la posibilidad de encontrarse en persona.
En aquel momento este joven colaboraba con una asociación provida y le plantearon mostrar este encuentro a través de una película documental.
Melissa confiesa en la película el proceso en el que primero pensó en abortar y luego en dar en adopción a David
Si David es el protagonista, la copratogonista es su madre biológica. Y parte del documental se centra en explicar por qué Melissa cambió de opinión y no abortó. “Cuando descubrí que estaba embarazada, tenía 18 años y sentí como si tuviera encima de mí un millón de ladrillos que no me permitían respirar”, asegura en la película.
Su historia es como la de miles de mujeres que se han enfrentado a una situación similar: “Estaba muy asustada, no sabía cómo reaccionarían otras personas pero a la vez una parte de mí estaba emocionadaal pensar en mí como madre, creo que a todas las mujeres les gusta”.
Sin embargo, Melissa llegó al convencimiento de que debía abortar porque no tenía los recursos para criar un bebé por lo que pidió cita para un abortorio. La película captura de manera muy acertada las emociones que esta joven experimentó aquel día.
David y Melissa acudieron juntos al lugar en el que se encontraba la clínica abortista
Recuerda vivamente cómo al llegar al centro abortista manifestantes provida intentaban convencerla para que no entrara mientras que trabajadores del abortorio la escoltaban al interior. “Pusieron una manta sobre mi cabeza y una radio en mi oído para alejar de mí el sonido de los manifestantes provida”.
Sin embargo, una frase se le quedó marcada: “Mientras caminaba, y en medio de todo aquel ruido y confusión, recuerdo a esta mujer diciendo: ‘ese bebé tiene diez dedos en las manos y otros diez en los pies y vas a matarlo”.
Melissa estaba ya en la sala de los abortos con las piernas en los estribos y cuando el médico abortista se disponía a empezar, ella reaccionó: “No puedo hacer esto”. Se levantó y se fue. Confiesa a Live Action News que uno de los aspectos que más le llamó la atención fue ver el instrumental que se utiliza para realizar el aborto.
David relata que la primera vez que habló a través de Facebook con su madre biológica le contó que estuvo a punto de abortarle. “Ella pensó que yo la odiaba porque casi me abortó y luego me dio en adopción pero no podría haber estado más equivocada”, cuenta.
Los padres adoptivos de David, Jimmy y Susan Scotton, le acompañaron y apoyaron en su viaje
Al aceptar que el encuentro con su madre fuera filmado para una película, David asegura que lo hizo con el objetivo de llegar a aquellas personas a las que el movimiento provida muchas veces no consigue alcanzar, las mujeres que están en riesgo considerando el aborto.
Cree que pese a que han pasado 40 años desde que se legalizó el aborto muchas mujeres no son conscientes de la opción de la adopción o pueden estar confundidas por el estigma que pueda suponer. “Si no fuera por la opción de la adopción, no estaría hoy aquí. La adopción me salvó la vida y me dio una familia”, asegura este joven.
Sobre sus padres adoptivos, David afirma que son “lo mejor del mundo, tengo los padres más increíbles que podría tener. Espera que su historia pueda ayudar a otros a entender el maravilloso regalo que puede ser la adopción.
A continuación puede ver el documental completo (en inglés):