Los vientres de alquiler siguen estando en el debate social dividiendo a colectivos y partidos políticos pero mientras tanto cada vez más niños siguen naciendo mediante está fórmula utilizando el útero de una madre en otro país a cambio de una suma de dinero.
Más allá de las implicaciones éticas que conllevan los vientres de alquiler existen también otra serie de problemas médicos y físicos. Así lo recoge el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia, que cita un artículo de la revista Fertility and Sterility.
Esta publicación aporta datos sobre los problemas que pueden presentar los niños nacidos tras una maternidad subrogada cuando se comparan con los niños nacidos por vía natural de la misma mujer.
Los autores del artículo analizan 124 maternidades subrogadas que dieron lugar a 494 embarazos. Éstos fueron muy diferentes según se hubieran producido por alquiler del útero o por vía natural.
En primer lugar, a través del alquiler del vientre se obtuvieron un 33% de embarazos gemelares, porcentaje que disminuía drásticamente al 1% cuando se daba por vía natural. El estudio recuerda los problemas que suelen conllevar los embarazos gemelares.
A continuación, el estudio informa que se produjeron 352 embarazos de un solo feto, de los cuales 103 fueron subrogados y 249 por vía. Los embarazos subrogados fueron de menor tiempo de gestación (38,8 semanas frente a 39,7).
Igualmente, el índice de niños prematuros fue más alto en las maternidades subrogadas (10,7%) que en las naturales (3,1%), y también hubo mayor índice de niños nacidos con bajo peso en la subrogación (7,8%) que en los embarazos naturales (2,4%).
Del mismo modo, el peso medio de los neonatos por maternidad subrogada fue 105 gramos inferior al de los nacidos por vía natural. También, los embarazos de mujeres subrogadas mostraron un mayor número complicaciones obstétricas que las naturales, como diabetes gestacional, hipertensión, mayor número de amniocentesis, más placentas previas, así como mayor número de cesáreas.
Por ello, los autores del estudio concluyen que los niños nacidos a través de los vientres de alquiler así como las propias madres tienen más problemas médicos que los gestados y nacidos por vía natural.