En el marco del congreso sobre el Mayo del 68 que se está celebrando estos días en la Universidad Francisco de Vitoria, tuvo lugar este viernes una mesa redonda sobre “Identidad sexual. Hombre y mujer, ¿solo dos sexos?”, en la que participaron el profesor Nicolás Jouve de la Barreda, Catedrático emérito de Genética de la Universidad de Alcalá de Henares, José López, profesor titular de Farmacia de la Universidad de Navarra, y María Calvo, profesora titular de Derecho Administrativo de la Universidad Carlos III de Madrid.
Jouve ha presentado evidencias científicas de las bases biológicas de la identidad sexual. El profesor ha asegurado “la identidad sexual debe entenderse como el sexo biológico, la condición orgánica que se revela al nacer, varón o mujer, de acuerdo con la constitución genital masculina o femenina de la cada persona, por tanto, la identidad sexual, el sexo, está determinado genéticamente”. Y, de la mano de estudios científicos de relevantes revistas médicas, ha hecho un llamamiento a la prudencia en las intervenciones de cambio de sexo que, en muchos casos, se están haciendo a la ligera. Se trata de operaciones irreversibles, y ha advertido de que la mayoría de los adolescentes que no se encuentran cómodos con su sexo biológico, a medida que maduran sí identifican claramente su identidad sexual con su propio sexo. Y, a la vez, ha defendido la necesidad de hacer un buen estudio médico para detectar los escasísimos casos y poner la solución que la medicina puede dar atendiéndose oportunamente.
Nicolás Jouve de la Barreda, Catedrático emérito de Genética de la Universidad de Alcalá de Henares
José López, profesor titular de Farmacia de la Universidad de Navarra, ha afirmado que no atender tanto al sexo como al género tiene riesgos para la salud y ha pedido que no se desprovea de contenido a ninguno de los dos conceptos. “Hacerlo puede suponer no atender adecuadamente a las personas” y ha puesto el ejemplo de muchos transexuales, de quienes, “en el ámbito clínico, se llega incluso a esconder su historia antigua, y en lugar de ser atendidos correctamente están siendo utilizados por los lobbies”.
También ahondó en la paradoja de la supuesta liberación de la mujer en el mayo del 68. En realidad ellas quedan atadas a las empresas farmacéuticas: los problemas que generan los anticonceptivos son muy graves, y además denunció una mala praxis en las investigaciones científicas. Estas se hacen con animales machos puesto que investigar con hembras es mucho más costoso. De estas pruebas finalmente se llega a medicamentos que pueden ser beneficiosos para los hombres, pero no para las mujeres, y de hecho aportó una lista de medicamentos que han sido retirados en Estados Unidos por estos motivos.
José López, profesor titular de Farmacia de la Universidad de Navarra
Ha cerrado la mesa María Calvo, profesora titular de Derecho Administrativo de la Universidad Carlos III de Madrid, que ha explicado que “ignorar que el sexo es constitutivo de la persona tiene consecuencias muy graves”, y uno de los lugares en donde lo vemos con mayor claridad es en el sistema escolar que tenemos, el cual es biológicamente irrespetuoso: “Intenta la igualdad a martillazos y no tiene en cuenta las diferencias”. La profesora ha sugerido que hay que “tener en cuenta la diferencia en las aulas, niños y niñas tienen distintos ritmos de maduración cognitiva, unos se alivian biológicamente moviéndose y otras hablando”. El cerebro de una chica de 6 años es como el de un chico de 8, existen diferencias, incluso, entre los hemisferios.
También ha explicado que se “está viviendo una crisis de masculinidad que está arrastrando a la paternidad. Se nos está haciendo creer que el hombre y el padre son prescindibles. Los datos nos muestran lo contrario. La ausencia o la presencia de los padres deja una huella imborrable en los hijos”. De hecho los estudios realizados en cárceles arrojan datos como el alto porcentaje de reclusos que crecieron en un hogar dirigido únicamente por la madre y sin padre. El mayo del 68 embona con esta realidad, porque lo que propone es “muerte a los padres”, por su visión de autoritarismo. Ahora, al ser prescindible la figura del padre en el hogar proliferan las familias monoparentales, la fecundación in vitro, y otros modelos de familia. La realidad es que el hijo “necesita la alteridad sexual”.