Una forma de cambiar de mentalidad es "el tablón del agradecimiento", que presenta Sara Martín, una joven madre de familia española en Italia, antigua colaboradora de ReL y bloguera en MujeresTeniamosQueSer.com .
"Es una preciosa costumbre que tenemos en nuestra casa desde hace cinco años. Se llama el tablón del agradecimiento y le atribuyo la “mágica” propiedad de crear gratitud y felicidad en el corazón con tan sólo mirarlo. ¿Os apuntáis?", propone en MujeresTeniamosQueSer.
"Se trata simplemente de comprar un corcho de esos gigantes en forma de tablón para colgarlo en una pared visible de la casa. Nosotros hemos elegido un espacio intermedio entre la cocina y el salón (visto que hemos unido ambas habitaciones), pero anteriormente estaba en la cocina. Busca un lugar por el que pases y ante el que tengas la oportunidad de pararte diariamente. Algo que puedas ver cada día cuando te levantas, o cuando desayunas, o cuando vayas al salón un rato. Si queda relegado a una habitación que no utilizas diariamente o un pasillo por el que vas corriendo perderá el efecto prometido".
"Nosotros lo renovamos al comenzar el año. A lo largo de los meses apuntamos en post-it momentos, personas, noticias, cosas… Todo lo que nos llena el corazón de agradecimiento y que no queremos que se nos olvide. Por la mañana cuando desayuno junto a mis hijas tengo la oportunidad de fijarme en el tablón y os puedo asegurar que siempre me sale una sonrisa. Cada uno de esos post-it está pensado y trae a mi memoria un día o un momento que no quiero que se me olvide porque fue precioso. Y gracias a este tablón es más fácil recordarlo. Como dije en mi Instagram, es una manera de vivir diariamente buscando el don, y no lo que te falta".
"Al finalizar el año hacemos una foto a gran resolución del tablón tal y como ha quedado, y después quitamos todo para volver a empezar. Os confieso que lo peor es verlo vacío… Pero lo mejor es lo adictivo que se vuelve llenarlo. Confío en que para el año que viene mi hija la mayor pueda ya colaborar con sus propias ideas. ¡Me parece que es una actividad muy familiar y que servirá para inculcar a nuestros hijos el precioso habito de agradecer las grandes y las pequeñas cosas de cada día!", añade.