Desde que El País expulsó al veterano filósofo Fernando Savater, la encargada de hacer columnas díscolas y valientes, mientras la autoridad del periódico de izquierdas lo tolere, es la escritora Ana Iris Simón, que se hizo famosa en 2020 por su libro Feria, y luego por varias intervenciones señalando fracasos de la supuesta cultura progresista en España.
No se sabe cuánto tiempo más podrá permanecer en esas páginas, donde escribe desde 2021, y parece que mientras tanto se siente libre de hablar de temas tabú. Un día se dedicó a elogiar a la Sagrada Familia (la de Jesús, José y María) y otro a alabar la película Vencer o Morir sobre los rebeldes cristianos de La Vendée. El último ha sido el aborto eugenésico masivo de niños con síndrome de Down en España, y la presión de los ginecólogos que animan a abortar a estos bebés, o miran mal a los pocos padres que se niegan a hacerlo.
El detonante de su columna (aquí en El País) fue conocer a una niña de 3 años con síndrome de down de la clase de su hijo.
Una niña de 3 años con nombre de flor
"En la clase de mi hijo hay una niña con nombre de flor. Tiene el pelo del color del trigo y los ojos azules y achinados. Como mi hijo, la niña con nombre de flor tiene 3 años, le gusta tocar instrumentos y creo que también las fresas, porque un día me contó que las compartieron en el almuerzo. Hasta hace unos meses nunca había hablado con sus padres. En marzo nos dejaron una carta en el casillero de la escuela, en el Día Mundial del Síndrome de Down, para contarnos algunas cosas sobre las peculiaridades de su hija. Terminé de leerla emocionada y sintiéndome un poco ridícula por la compasión con la que los había mirado al cruzarnos por los pasillos", explica la escritora.
"Para ellos, traer a su hija al mundo no había sido una faena sino un regalo", añade. Ana Iris Simón explica después que tomándose café con la madre de la niña le explico cómo recibió la noticia que su bebé iba a ser distinto a lo que esperaba. También le contó sus visitas al ginecólogo y cómo los médicos asumían que iban a abortarlo. La escritora explica que los médicos trataron a estos padres acogedores como si estuvieran haciendo algo malo por no pedir abortar.
La madre, dice Ana Iris, se excusa diciendo que ella es partidaria del derecho al aborto, "como si sólo por tener una hija con un cromosoma de más su postura estuviera en entredicho".
Si abortas a 9 de cada 10, ¿no es eugenesia?
Ana Iris recuerda que según la Asociación Down España 9 de cada 10 niños con síndrome de Down son abortados. Un amigo dijo a la escritora que el problema de la gente con síndrome de Down es que "son dependientes". "Como si el resto no lo fuéramos, como si depender de alguien -algo intrínsecamente humano- fuera negativo", responde Ana Iris.
Cuando la escritora dijo que "vivimos en una sociedad eugenésica", su amigo se escandalizó, no por el dato sino por la palabra 'eugenesia'.
"Mi amigo es un tipo de izquierdas y descreído, así que eso de llamar eugenesia a abortar niños con síndrome de Down casi por defecto le debió sonar meapilas y derechón. La ideología funciona así muchas veces, como una guía puramente estética, pero no creo que su caso sea una excepción: nunca he visto a ese progresismo al que se le llena la boca con los cuidados y la diversidad poner esta cuestión en la agenda pública".
Ana Iris cree que esa niña "nos hace mejores al resto". "Ojalá nunca nadie le quite la sonrisa, ni a la madre que también tiene nombre de flor el orgullo valiente de haberla traído al mundo", finaliza su escrito.
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