En Chile ya es legal abortar desde que el Tribunal Constitucional diera luz verde a la ley aprobada por el gobierno de Bachelet. La normativa del país se basa en tres supuestos, que son el peligro de muerte de la madre, inviabilidad fetal y violación.

Para concienciar de la grave situación que se abre en el país con la aprobación del aborto ha llegado a Chile Rebecca Kiessling, presidenta de Save the 1 (Salvar el 1), conferenciante provida y madre de 5 hijos.  Pero, además, es el rostro visible de una de los tres supuestos aprobados recientemente en Chile ya que ella fue concebida en una violación a punta de cuchillo perpetrada por un violador en serie.

Su madre intentó abortarla en dos ocasiones pero la ley provida vigente en Michigan en aquel momento protegió su vida. Si este mismo supuesto ocurriese hoy en Chile, Rebecca no nacería pues la ley aprobada recientemente por el Tribunal Constitucional permitiría su muerte en un abortorio.


Su organización, Save the 1, se centra en la defensa de esos casos que la ley del aborto suele orillar a través de los supuestos: concebidos en violación o incesto o condiciones médicas severas  incompatibles o no con la vida.
Y para ello, Kiessling recorrerá desde este mes hasta el próximo noviembre los países de Chile, México y Perú.


Rebbeca, con su marido y sus hijos

En su opinión, la verdadera razón por la que se reclama la introducción de 'causales' como la violación en las legislaciones  es porque los defensores del aborto saben que ésta es la estrategia para llegar a legalizar una ley de aborto libre, sin cortapisas. Usan la violación como mera excusa para justificar después todo tipo de abortos.

Saben que si consiguen introducir el aborto en estos supuestos será más fácil después abrir la puerta para que entren todos los demás.  Ella  afirma que es como la fisura en una embarcación por donde empieza a entrar agua hasta hundirla. Así es como el aborto se legalizó en los Estados Unidos o la manera en que lo utiliza Amnistía Internacional: la violación como arma para legalizar el aborto.


"Estoy convencida de que se deben  escuchar  nuestras voces y dar a conocer  nuestras historias
  para que así  la sociedad  latinoamericana nos mire fijamente  al rostro antes de consentir la aniquilación de nuestro colectivo de concebidos en una violación".

Kiessling asegura que en Chile y probablemente en otros países occidentales se tiene la sensación de  que la defensa de la vida empieza a ser un tema perdido. Por ello, añade que los provida se apiñan para darse ánimos y discutir la estrategia que seguirán pero después, todo queda en una mera palabrería y  no se concreta en acciones.
  
De igual modo, en los últimos años el lobby abortista y otros organismos internacionales están  presionando con fuerza en Chile y toda América Latina para introducir la despenalización del aborto a través de las 'excepciones'. Poco a poco, van consiguiendo que la cultura de la muerte se implante  en países donde la vida siempre había estado protegida. Kiessling afirma que no tiene duda de que la realidad indiscutible a la que se asiste es que los países  que protegen a los niños sin discriminaciones  son ejemplo de una sociedad sana porque no enseñan a sus ciudadanos a odiar sino a amar.