Esta resolución fue tomada hoy lunes en la vista en la que los abogados del Great Ormond Street Hospital de Londres contrastaron sus opiniones con los representantes legales de Chris Gard y Connie Yates, los padres del bebé de 10 meses aquejado de una grave enfermedad y que necesita un ventilador para vivir.
El juez Nicholas Francis ha pedido que se le demuestre que las nuevas pruebas pueden hacerle modificar la decisión que ya tomó hace semanas.
La audiencia vivió un momento de gran tensión cuando Chris gritó que el hospital estaba "mintiendo" al juez al afirmar que mantener vivo al niño "va contra su bienestar".
Posteriormente el padre el pequeño abandonó la sala.
"Van a tener que convencerme de que algo nuevo o relevante ha cambiado", dijo el juez al equipo legal de Charlie, que alegó el parecer de siete expertos que creen que su estado puede mejorar con algunos tratamientos experimentales. Actualmente el niño no está recibiendo ninguna terapia, solo se le está ventilando, alimentando e hidratando.
A su llegada al tribunal, los padres de Charlie fueron ovacionados por el que ya se conoce como "ejército de Charlie", una movilización internacional para que no se le produzca la muerte. La plataforma internacional CitizenGo ha conseguido 375.000 firmas, que fueron entregadas a las autoridades del hospital, para que permitan que el niño sea tratado en hospitales que se han brindado a hacerlo, y con los costes cubiertos por la campaña de recaudación de sus padres.
El jueves es, pues, la nueva fecha límite para Charlie, toda vez que tanto la justicia británica como el Tribunal de Derechos Humanos de la Unión Europea han determinado que al niño se le quite la ventilación para que muera sin que Chris y Connie puedan ni trasladarle de hospital ni llevárselo a casa.