Durante el último Congreso de Educadores Católicos, se plantearon las consecuencias del ataque a la paternidad y cómo "el intento de regresión a una sociedad prepatriarcal" está poniendo en jaque a "la Civilización Occidental". Lo hizo María Calvo Charro, profesora de derecho de la Universidad Carlos III y autora, entre otros ensayos, de Paternidad robada (Almuzara); Padres destronados. La importancia de la paternidad (El toro mítico) o Alteridad Sexual. Razones frente a la ideología de género (Palabra).
A lo largo de su intervención, Calvo no solo repasó el recorrido de acoso ideológico a la familia con un origen que antecede a la Revolución de mayo de 1968, sino que abordó las consecuencias visibles de la impuesta ausencia del padre en la familia y cómo esta crisis "está minando la imagen que el hombre tiene de Dios".
De este modo, en la revolución parisina no solo se llamó a pedir la "muerte de los padres", sino que se logró "una feminización del modelo masculino" que trastocaría por completo la esencia de la paternidad y la masculinidad. Un proceso que la ideología de género tan solo acentúo al introducir la idea de que "ser varón es un mero sentimiento" y que la ideología woke terminó de consolidar. Esta, explicó, no busca la igualdad del hombre y la mujer, sino que exige "una justicia con aires de delirio" en busca de la venganza" de la mujer sobre el varón.
Del mismo modo, invitó a los presentes a preguntarse por los aspectos que definen la paternidad -"la gran pregunta que hoy debemos responder"-, pues haciéndolo no solo será posible una mejor educación de los hijos y vida en familia, sino también defender la propia Civilización e incluso, la idea de Dios. Desgranó 7 de ellos:
1º Lo que no es un padre
Para la experta, gran parte de la confusión que gira hoy en torno a la paternidad se debe a considerar como válidos aspectos que nada tienen que ver con el auténtico modelo de padre. Entre ellos, considerarlo "exclusivamente" como "un mero progenitor", pues al igual que "tener un piano no nos hace pianistas, la sangre no es determinante de la filiación, y San José bien lo sabía". Tampoco es un simple proveedor de recursos -ya que lo primero que debe aportar "es su presencia"- y menos "un amigo de sus hijos", ya que al hacerlo, el padre solo les muestra su propio miedo "a la madurez o a ejercer la responsabilidad". Por último, Charro sentenció que ante todo un padre nunca debe ser "una madre bis", especialmente en un momento en que se exige "hacer las cosas como las madres lo hacen".
2º El padre, libertador de los hijos… y de las madres
Otro de los grandes enemigos actuales de la familia se encuentra en que los hijos, al ser "tan escasos", se programan, planifican y buscan hasta el punto de "volverse el centro de la existencia de las madres", lo que Charro considera un "terrible error". Y es que las madres, "generadoras de vida", pueden transformarse "en una trampa mortal para los hijos" al caer en la posesión y la exclusión de los mismos.
"Las madres no somos capaces de regalar a los hijos la libertad y el desapego", por ello "es importantísima la intervención del padre, que separa al hijo de la madre y lo libera", explica: "Una madre que hace de los hijos el centro de su vida no es una buena madre, los hijos tienden a volar, nacen para irse y para eso está el padre, para liberar al hijo responsablemente, haciéndole un control, un seguimiento y enseñándole".
Hoy es muy común que al padre se le exija ser una mamá bis, que actúe de acuerdo con un modelo femenino maternal y se olvide de los atributos típicamente masculinos", denuncia Calvo en "Paternidad robada". Puedes adquirirlo en este enlace.
3º Los hijos tienen hambre de padre porque tienen hambre de ley
La especialista mencionó un caso de una chica que robaba para ser capturada y sancionada por la policía para explicar uno de los roles del padre es poner normas y límites. Si no lo hacen los padres, explicó, los hijos los buscarían en otras partes.
"Nuevamente, en este momento de hijos escasos, los cuidamos demasiado y tienen una tendencia hacia la omnipotencia. Al padre le corresponde ser el límite, establecer la ley de la familia. El `no´ es un regalo, los hijos necesitan límites para ejercer su libertad, y tienen hambre de padre porque tienen hambre de ley. Necesitan una ley", añadió.
4º Garantes del "derecho" del niño a la frustración: les hace fuertes
La profesora mencionó la nueva Ley de Protección a la Infancia como causante de la pérdida de un "derecho fundamental de la infancia" como es la frustración y el padre es el resposable de enseñarla: "Enseña a su hijo que hay cosas que no pueden ser, que no todo funciona en la vida y cómo gestionar los fracasos. Es importante experimentarla, porque hace fuerte. Frustrar y privar de cosas es educar, es el derecho a la carencia que les hace luchar por lo que quieren. Y también es amar, porque hay que amar mucho a un hijo para aguantar que nos odien en ocasiones".
Para la profesora de Derecho María Calvo, uno de los aspectos centrales propios de la figura paterna es enfrentar a su hijo con la realidad, ponerle límites y enseñarle a saber que hay cosas que no pueden ser, algo que con el borrado social de la paternidad se está perdiendo.
5º Maestros de la verdad
Con humor y detalles del día a día, Charro también explicó como en muchas ocasiones las madres endulzan la realidad de sus hijos y buscan excusas para quitarles culpa. Es entonces cuando la labor paterna cobra la importante misión de "enfrentar al hijo con la realidad": "Cuando suspenden, intentamos exonerarles de culpa, pero un padre les dice que son vagos y que no han estudiado, les enfrenta a la verdad pero sin suavizarla". De este modo, explica, el padre "muchas veces hiere, pero es una herida de amor que hace crecer al hijo".
6º Referente imprescindible para la identidad sexual
En este sentido, la profesora hizo referencia a los "tiempos difíciles" para ser hombre, especialmente cuando "se considera que el sexo es un sentimiento o que la orientación sexual es fluida": "El padre es importantísimo para que los hijos varones comprendan su identidad sexual, y casi todos los psiquiatras coinciden en que hay una identificación primaria con la sexualidad de la mare y en que solo frente al padre, el hijo se masculinizará al desvincularse de ella. Por eso la presencia paterna es fundamental, especialmente entre los 5 y los 6 años". De no tenerla, explica, "el hijo tendrá problemas de identidad sexual" con mayor probabilidad.
7º Modelo de masculinidad y primera imagen de Dios
La profesora destacó que el padre no solo es "el primer héroe para el hijo y el primer amor para las hijas" -como un filtro "a través del cual ellas verán al resto de los hombres"- sino también la relevancia de este en la transmisión de la fe. "Es la primera imagen que los hijos tienen de Dios en la tierra. Nietzsche, Camus y los grandes ateos eran todos huérfanos, y tiene su sentido", explica: "Si un hijo no tiene padre, ¿cómo va a comprender que Dios es padre, si no lo ha tenido en la tierra? Es fácil y casi lógico que la falta de padre conduzca al ateísmo", y sin duda "la crisis de paternidad está minando la imagen que los hombres tienen de Dios".
Del mismo modo, mencionó que "cuando un padre no ha sido un buen padre, es complicado comprender [que pueda existir] un padre amoroso en el cielo": "El mismo Freud decía que creer en Dios es la consecuencia psicológica de haber tenido un padre implicado en el hogar".