“Me pregunto si el fenómeno creciente de la confusión en la orientación sexual de muchos chicos adolescentes no se debe a que en la cultura occidental la figura del padre estaría simbólicamente ausente, desviada, desvanecida, hasta la virilidad estaría cuestionada".

Esta pregunta se la realizó el obispo de Solsona, Xavier Novell, en una carta dominical en 2017, saliéndose del discurso políticamente correcto que rige la sociedad de hoy. Por ello fue "linchado" por la clase política, que aseguraba que ofende gravemente a las familias monoparentales y a los homosexuales.

La directora de Igualdad de la Generalitat, Mireia Mata (ERC) hablaba incluso de vetar a monseñor Novell su derecho a la libertad de expresión. “Ni siquiera un obispo tiene derecho a considerar reprobable o a hacer valoraciones sobre los modelos de familia”, asegura la política, que añade además que "no puede ser que un obispo haga sentirse mal a una madre por ser familia monoparental o por tener un hijo homosexual. Eso forma parte de nuestra riqueza y nuestra diversidad”.


El obispo de Solsona, Xavier Novell, fue injustamente criticado por las autoridades políticas por hacerse una pregunta sobre una realidad existente

Al igual que hay datos y numerosos estudios científicos que relacionan la ausencia del padre, física o emocionalmente, con la orientación sexual, existen también numerosos informes que muestran los efectos que se dan en los niños que se crían sin la figura del padre.

El National Center of Fathering, organización que nació en 1990 y cuyo objetivo es resaltar la paternidad y fomentar una figura del padre varón activamente comprometida en la vida de los niños, lleva años estudiando este aspecto y recopilando los distintos estudios que se han realizado al respecto.

Apoyados en datos, el centro afirma que los niños que viven en hogares sin padre tienen más posibilidades de ser pobres, de abusar de las drogas y el alcohol o de abandonar la escuela. La ausencia de esta figura también genera más posibilidades en estos niños de sufrir problemas de salud o emocionales. Los niños serían más propensos al delito y las niñas a quedarse embarazadas de adolescentes.

Las conclusiones pueden gustar más o menos y se pueden discutir las causas y si su influencia en los niños es mayor o menor medida, pero a tenor de los datos es irresponsable prohibir un debate necesario en una sociedad en la que por diversos motivos cada vez un mayor porcentaje de niños crece sin una figura paterna.

Estos son 8 efectos negativos de crecer sin padre que recogen el National Center of Fathering y el Marri Research tras analizar distintos estudios científicos y estadísticas oficiales:

1. Mayor tasa de pobreza
Según la Oficina del Censo de EEUU, los niños de hogares en los que hay ausencia de la figura paterna tienen más posibilidades de ser pobres. En 2011, el 12% de los niños de familias con padre y madre eran pobres, en comparación con el 44% de los niños que sólo vivían con su madre.

Además, el departamento de Salud de EEUU también mostraba que el 47,6% de los niños de familias con mujer sin cónyuge eran pobres, 4 veces más que las familias casadas.

2. Mayor abuso de drogas y alcohol
El Gobierno de EEUU, a través del Centro Nacional de Estadística, realizó un estudio sobre la salud infantil (1993) y llegó a la conclusión de que “los niños sin padre tienen un riesgo dramáticamente mayor de abuso de drogas y alcohol".

Otro estudio de 2002 realizado por John P Hoffmann y publicado en el número 64 del Journal of Marriage and Family destacaba igualmente que es significativamente mayor el consumo de drogas en hijos que no viven con un padre y una madre.



3. Tasas de suicidio más altas
La publicación científica The Lancet publicaba en 2003 un estudio realizado por investigadores europeos y norteamericanos expertos en Psiquiatría, Psicología y Epidemiología que concluía que los niños de hogares monoparentales son dos veces más propensos al suicidio.

4. Más agresivo y problemático
El Fragile Families Study, de la Universidad de Priceton, hace un seguimiento de miles de niños a lo largo de varios años. Analizando los datos de tres oleadas de este estudio, los investigadores Osborne y McLanahan (2007) mostraron que los niños de madres solteras mostraron mayores niveles de conducta agresiva que los niños nacidos de madres casadas.

Por su parte, otro estudio publicado por Sarah Allen y Kerry Daly aseguraba que los niños que viven sin su padre son de media más propensos a tener problemas con sus compañeros y ser más agresivos.

5. Menos responsable en la edad adulta
Un estudio realizado en 1993 publicado en Harvard University Press por John Snarey y ratificado en 2012 por otro estudio concluía que el niño que tiene un acceso real a su padre será más responsable y amigable cuando sea adulto.

6. Más problemas en el colegio
El profesor de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), Edward Kruk, experto en infancia y familia, explica en un artículo en Psychology Today que “los niños sin padre tienen más problemas académicos, puntuando mal en pruebas de lectura, matemáticas y habilidades de pensamiento; los niños de hogares con el padre ausente son más propensos a faltar a la escuela, tienen más posibilidades de ser expulsados y de abandonar la escuela a los 16 años así como menos probabilidades de obtener buenas calificaciones académicas y profesionales en la edad adulta”.

Del mismo modo, un estudio de KH Tillman de 2007 publicado en el Journal of Marriage and Family indicaba que los estudiantes de los grados del 7 al 12 (entre 12 y 18 años) que vivían sólo con un padre biológico o que sus padres se habían divorciado tenían de media calificaciones más bajas que los que han vivido siempre con sus padres.

7. Más propenso al delito
“Cuando los adolescentes viven en familias solidas son menos propensos a participar en actos delictivos que sus pares que viven en familiar no solidas. Los adolescentes de familias monoparentales y adoptivas eran más propensos a participar en los delitos”. El artículo de Stephen Demuth y Susan L. Brown publicado en el Journal of Research in Crime and Delinquency de febrero de 2004 apuntaba a las diferencias en los procesos familiares, la involucración del padre y su supervisión y la cercanía entre las familias llamadas solidas y las otras.



Un estudio de 2005 de Konester y Hayne del número 67 del Journal of Marriage and Family utilizó datos oficiales para estudiar la relación entre la estructura familiar y los actos violentos en los barrios. Y llegaron a la conclusión de que en los barrios en los que el número de padres es menor, los actos de violencia llevados a cabo por adolescentes aumentan. “Los adolescentes que viven en barrios con menor proporción de familias con un solo progenitor y que tienen mayores niveles de integración familiar cometen menos actos de violencia”, asegura el estudio.

8. Mayor actividad sexual y embarazos en la adolescencia
Un estudio realizado con una muestra superior de 1.400 adolescentes entre 11 y 18 años investigó la relación que existe entre la ausencia del padre y la actividad sexual declarada. Los resultados revelaron que los adolescentes de familias en las que el padre estaba ausente eran más propensos a declarar ser sexualmente activos en comparación con los adolescentes de familias que vivían con sus padres.

Además, el número 25 del  Journal of Family Issues publicaba que “ser criado por una madre soltera aumenta el riesgo de embarazo en la adolescencia, casarse sin tener un grado de secundaria en la escuela y ser un matrimonio en el que al ambos miembros no tengan el grado de secundaria”.
 

(Publicado originariamente en ReligionEnLibertad en mayo de 2017)