Si hay algo que sobra en la casa de los Daulton es amor. Del resto de cosas materiales pueden ir más o menos justos, sobre todo al final de mes, tal y como ellos mismos reconocen. Pero lo que nunca falta en su casa es una gran dosis de sonrisas y de ternura.
Dave y Jane Daulton son conocidos por abrir las puertas de su casa, especialmente a los niños con síndrome de Down. Este matrimonio ha tenido cinco hijos naturales, precisamente uno de ellos con esta discapacidad, pero además han adoptado otros nueve, todos ellos con trisomía 21.
Cientos de veces han sido preguntados por qué han adoptado tantos y únicamente niños con síndrome de Down y ellos siempre se remiten a su propia historia personal, que permite entender los motivos para ser una familia tan especial.
El nacimiento de Tommy, su hijo con síndrome de Down
Esta pareja de Pensilvania (EEUU) se conocía desde que eran niños, se enamoraron y casaron. Tuvieron varios hijos y su vida era para ellos como una balsa de agua hasta que un acontecimiento sacudió su vida. En 1984 nacía Tommy y tenía síndrome de Down. Dave y Jane cuentan que en un primer momento sólo pedían a Dios “corregir” y “curar” la discapacidad de Tommy. No aceptaban que su hijo hubiera nacido así.
Pero seis semanas después ocurrió otro suceso que les hizo cambiar la perspectiva sobre su pequeño Tommy. “Sufrió un paro cardiaco cuando tenía seis semanas, y tuvimos que reanimarlo varias veces camino al hospital”, recuerda Dave, que tras ese momento comenzaron a valorar y a amar a su hijo tal y como era. “Cuando luchas por la vida de tu hijo te das cuenta de que su vida es preciosa”, afirma.
La repentina muerte de Brian
Pero el recorrido hasta llegar a adoptar a tantos niños todavía tenía otras paradas intermedias. Un año después del nacimiento de Tommy, su hijo Brian cayó enfermo por lo que tenía que ser operado pero una reacción negativa de la anestesia le provocó la muerte. La familia Daulton quedó devastada con este acontecimiento.
El repetido sueño de niños sin hogar
No fue este hecho tampoco el que desencadenó la decisión de adoptar, sino que el punto de inflexión se produjo unos años más tarde, cuando Jane comenzó a tener sueños en los que veía niños con síndrome de Down que necesitaban un hogar. Una noche soñó con esto, y también la siguiente y la otra. En ese momento este matrimonio supo que tenían que hacer algo al respecto y se comprometieron a que su casa fuera el hogar para los niños síndrome de Down que habían sido abandonados por sus padres.
De este modo, Dave llamó a una agencia de adopción y poco después la pareja junto a Tommy adoptaron a Ben, que tenía bastantes problemas cardiacos. Pese a los precedentes, decidieron seguir adelante, sobrevivió a la operación que le hicieron y ahora Ben y Tommy son inseparables.
La siguiente en llegar a la familia fue Emily, también Down, nacida en el norte de Virginia y cuyos padres eran de Etiopía. En 1998 adoptaron a Daniel, que también tenía grandes problemas de salud y a los nueve meses de llegar a casa falleció cuando sólo tenía dos años de edad. De nuevo, esta familia se enfrentaba a la muerte de un hijo.
Lani, Down y autista
Este sufrimiento les llevó a decidir no adoptar más niños pero entonces se enteraron de la existencia de Lani, que además de tener trisomía 21 era autista. No se lo pensaron y decidieron que fuera una más en la creciente familia.
Ucrania, un lugar importante para la familia
A partir de este momento hubo otro momento importante para los Daulton. De casualidad, el marido conoció a una pareja que tenía vínculos con un orfanato de Ucrania y decidieron viajar allí.
Una vez que llegaron al país vieron que en las listas de niños adoptables no había ninguno con síndrome de Down. Ellos preguntaron dónde estaban esos niños y en el orfanato les contestaron que “quién querría a esos niños”.
A rescatar a los niños "defectuosos"
Esta respuesta les afianzó aún más en su decisión de seguir adelante y finalmente lograron que fueran aceptados para adoptar niños con síndrome de Down en Ucrania. Estos pequeños estaban internos en centros llamados de “nivel 4” donde estaban los niños que consideraban “defectuosos”.
“Nos quedamos horrorizados”, cuenta Jane, en cuyo viaje adoptaron a Anya, que con dos años no llegaba a los seis kilos de peso. Tras ella y también de Ucrania llegaron después Jack en 2001 y siete meses después Phillip.
Una misión para ayudar a los niños sin hogar
Lo que habían visto en Ucrania les hizo concienciarse que había que ayudar mucho más a estos niños inocentes y poder cambiar sus condiciones de vida. Dave se convirtió en el director de misiones de la organización Father´s Hearth, dedicada a ayudar a huérfanos y niños sin hogar por todo el mundo.
Y desde 2002 cada año viajaban a Ucrania para llevar sillas de ruedas, material y también educadoras y terapeutas para ayudar a estos niños.
Y como colofón dos niños más
Este matrimonio pensaba que debido a su ya cada vez más avanzada edad y al cáncer que había tenido Jane nunca más podrían ser padres. Pero se equivocaban y de nuevo les declararon aptos y no sólo para un niño sino para dos. De esta manera llegaron a casa de los Daulton Marina y Molly. Así se creó esta gran familia.
Las bendiciones recibidas con estos niños
“Nos encanta verlos crecer y florecer”, cuentan los en una entrevista. “Nos han dado muchas bendiciones y es increíble el amor que recibimos de ellos”, afirman emocionados.
Pese a que en casa no andan sobrados de espacio y tampoco el dinero les sobra, en otra entrevista para la CBN afirmaban que su historia “es un gran privilegio. Creo que todos deberían tener un hijo con síndrome de Down. No hemos tenido más que amor por parte de estos niños, seríamos mucho más pobres sin ellos”.