“No es que no haya sensibilidad en la Iglesia con la discapacidad, más bien hay desconocimiento. Mucha Teología, que es importante, pero poca 'mundología', que también es necesaria –explica Ignacio Segura-. Ese día queremos dar una clase de ‘ciegología’… Como dice Antoine de Saint-Exupéry en el Principito –señala el responsable de los invidentes católicos-, los ciegos podemos enseñar al resto de la sociedad a ver de otra manera, desde el interior y sin obstáculos materiales”.
Ignacio tiene 49 años y gran parte de su vida la ha dedicado integrar a los ciegos en la vida de la Iglesia. En España es el responsable de CECO, pero en el plano internacional es el vicepresidente de FIDACA, la organización que agrupa a las diversas asociaciones que existen en el mundo. Un campo de trabajo en la Iglesia que implica una labor apostólica impresionante y un campo fértil llamado a dar multitud de frutos.
- Pues hay de todo. El desconocimiento hace a las personas en caer en arquetipos, que en ocasiones llegan al ridículo más espantoso y a un sentimiento de impotencia por parte de la persona con discapacidad.
Una de las cosas que más me han hecho reflexionar ha sido el hecho de que un sacerdote me dijera que los niños ciegos en su parroquia no tenían problemas para recibir la comunión, pues iban y se la daban sin más. No solo es cuestión de recibir un sacramento, la cuestión es ser tratado como todos.
- Lo que esperamos de la Iglesia es algo tan sencillo como que seamos tratados como cualquier otra persona, que no se asusten y que podamos participar como cualquiera en la vida religiosa, independientemente de nuestra discapacidad y sabiéndonos escuchar para adaptar nuestra participación en la vida eclesial.
- El trabajo principal de CECO es hacer posible que las personas ciegas y con deficiencia visual puedan realizarse como cualquier cristiano en nuestra Iglesia: promovemos acciones inclusivas para informar y formar a todos en nuestras características especiales, haciendo de las mismas acciones reales.
- Pues sinceramente mala. Estamos trabajando con el Foro de Laicos, que está muy sensibilizado, pero aún no hay hechos concretos.
- Algo tan sencillo como que, por medio de estas tres acciones, seamos verdaderos cristianos dentro de nuestra Iglesia. Ser sal en la misma y ser apóstoles del evangelio, dejando atrás nuestras limitaciones y complejos.
En CECO ayudamos y acompañamos a los ciegos en aspectos normales de la vida diaria, algunos de los cuales chocan con los esterotipos que hay sobre nosotros. Hay tareas básicas que van desde llamadas telefónicas a reuniones mensuales. Pero también tenemos reuniones por Skype, usamos twitter e, incluso, tenemos un canal de YouTube en donde compartimos nuestra vida. CECO también está en Facebook, a pesar de que no es muy accesible para las personas con discapacidad visual. Pero los que quieren pueden entrar en él, buscar CECO y colgar fotos, videos…
No somos ‘superciegos’, pero sí somos personas que leen en misa, participan en la vida parroquial y diocesana… ¡Vamos! Somos cristianos. Tal vez lo extraordinario es encontrar aun personas que vivan su fe en comunidad.
- El acto de este lunes en la iglesia de San Antón, a las 5 de la tarde, será una jornada de proclamación de la Palabra en Braille, vamos a hacer realidad la carta del Papa Benedicto XVI en su punto 71, donde pide a la Iglesia que se adapte la Palabra de Dios a las personas ciegas. Como nos dice Manuel Lozano Garrido, más conocido como Lolo, vamos a hacer de un hecho extraordinario, una acción ordinaria.
Es la primera vez que se organiza. El objetivo es concienciar a la Iglesia en que las personas ciegas podemos leer la Palabra de Dios al igual que una persona vidente. Para ello necesitamos que esa Palabra sea adaptada en sistema Braille o sonoro, de lo cual en España tenemos los servicios bibliográficos de la ONCE.
- Teniendo en cuenta que estamos en el tiempo de Adviento y que María fue la principal protagonista en este tiempo, y teniendo en cuenta que un hijo pide a su madre siempre la intercesión ante el padre, hemos querido ser esos hijos que por medio de nuestra Madre nos acercamos a la Iglesia para concienciarla en este punto tan importante. Es un recorrido por los evangelios.
- Va dirigido a todas las personas que quieran acudir y reflexionar de otra manera, no solo con los ojos de la fe, si no con los ojos del corazón, viendo en los lectores a personas y no a discapacitados.
- No es que no haya sensibilidad en la Iglesia con estos temas, más bien hay desconocimiento. Mucha Teología, que es importante, pero poco mundología, que también es necesaria. Ese día queremos dar una clase de ciegología… Como dice Antoine de Saint-Exupéry en el Principito, los ciegos podemos enseñar al resto de la sociedad a ver de otra manera, desde el interior y sin obstáculos materiales.