Pero el varapalo ha sido enorme pues el republicano ya anunció que en caso de ganar retirará la financiación a Planned Parenthood y llevará a término iniciativas provida, gracias en buena parte por el equipo de católicos provida del que se rodeó en campaña.
Así no es de extrañar que Cecile Richards, presidenta de Planned Parenthood haya enviado una carta a sus trabajadores asegurando que en esta empresa abortista están “enfadados, roto el corazón, ofendidos, impactados, tristes, disgustados, avergonzados, desanimados, exhaustos, sacudidos”.
Una de las imágenes de la noche electoral eran las lágrimas de los seguidores de Clinton, que no podían creer que pese a todo el apoyo del establishment habían podido perder estas elecciones. Y en los medios de comunicación aparecieron fotos de fans llorando.
Pero una de estas instantáneas tiene un valor simbólico enorme que trasciende a la imagen en sí. Se trata de la fotografía que encabeza este artículo, y que recogía LifesiteNews, en la que aparece una mujer desconsolada llorando junto a un hombre también compungido.
Pues bien, no se trata de una fan anónima de Clinton sino de Ilyse Hogue, presidenta de Naral, un poderoso lobby abortista de Estados Unidos. Esta organización fue creada con el único propósito de conseguir el aborto libre durante todo el embarazo.
Hogue, haciendo campaña por Hillary Clinton
Hogue estaba a punto de conseguir su sueño pues Hillary Clinton anunció en campaña que cualquier mujer tenía derecho a abortar hasta el mismo momento del parto por lo que la derrota frente a Trump dejó a esta líder abortista completamente hundida.
De repente desaparecía de un plumazo la llegada de más financiación para el aborto, el nombramiento de jueces abortistas en el Supremo o el tener una política exterior que impusiera el aborto y la ideología de género en todos los rincones del mundo.
Para conocer la realidad de Naral, BallotPedia.org publica cómo funciona y cuáles son sus fines. Así,informa que para la campaña electoral de 2012 este grupo abortista se gastó más de 1,7 millones de dólares para promocionar a candidatos abortistas pero sobre todo para atacar y desacreditar a los candidatos provida que pudieran ser un peligro para ellos y el resto de grupos abortistas.