La Ministra de Familia, Infancia y Derechos de la Mujer, Laurence Rossignol, asegura que las webs provida “manipulan” y dan “información sesgada” por Internet y quiere limitarla. Puede que el proyecto que el Senado ha rechazado ahora ella lo intente relanzar por otras vías, pero la legislatura del actual Gobierno socialista está en su tramo final y probablemente no le dé tiempo. Ella se queja de que "lobbistas y activistas" y "senadores que se oponen filosóficamente a la interrupción del embarazo" han bloqueado su normativa.
De hecho, en Francia, donde el aborto es gratuito en la Seguridad Social hasta las 12 semanas, ya hay normativas contra las “maniobras psicológicas y morales” para dificultar el aborto desde 1993.
La normativa de los años 90 ya incluye multas altas y penas de prisión, pero en la práctica casi nunca se han aplicado y cuando se hace suele haber escándalo. Un caso reciente que se hizo famoso fue el del anciano pediatra jubilado Xavier Dor, de 84 años, castigado en 2013 con una multa de 10.000 euros por mostrar unas botitas de bebé tejidas de punto a una mujer en un centro abortista de la patronal Planned Parenthood en París.
El pediatra jubilado Xavier Dor con los zapatitos de punto para bebé que mostraba ante una clínica abortista de París: se le ha multado por ello con 10.000 euros
La nueva propuesta de Rossignol, sin embargo, usaba expresiones más amplias -y preocupantes- contra cualquier tipo de “presión”. Con Internet resulta difícil “demostrar” que una mujer, al visitar una web fue “presionada” para no abortar.
El gobierno del socialista François Hollande está muy molesto por webs como www.ivg.net que dan información científica sobre los efectos perjudiciales del aborto en la mujer (síndrome postaborto, relación con trastornos mentales y de salud, daños para la fertilidad posterior, daños en la relación de pareja y en la familia, etc...).
Al principio contraatacó creando sus propias webs oficiales de propaganda pro-aborto, incluyendo contactos para pedir cita para abortar. La web oficial del gobierno para promover el aborto insiste en decir, por ejemplo, que no existe el “trauma post aborto”, aunque “algunas mujeres”, admiten, pueden tener una mala experiencia.
Sin embargo, la misma ministra explica en una entrevista por qué ve necesario multar y hostigar: la información oficial no funciona.
“La comunicación oficial nunca será tan buena como la comunicación viral. Los activistas de lo que sea siempre son mejores para inventar consignas que las campañas gubernamentales del Estado. La creatividad y la combatividad se llevan bien, aunque se trate aquí de una militancia que desapruebo. Nosotros, por ejemplo, no podemos usar palabras en inglés”, lamenta la Ministra.
Un ejemplo extremo es la web “Afterbaiz”, que es grosera, irreverente, explícita, usa palabras soeces y lenguaje juvenil, con imágenes divertidas y buenos diseños, con ambiente a la vez pop y contracultural, y critica la anticoncepción y el aborto. Se ha hecho viral por lo mismo que se hacen virales los chistes groseros. Pero ataca al aborto, al sexo sin compromiso y llega a los jóvenes.
Grosera y soez, pero creativa y viral, Afterbaiz es reenviada entre las redes de jóvenes con sus mensajes divertidos sobre enfermedades sexuales y los riesgos del sexo fuera del matrimonio
La ministra insiste en que ella no está “en cruzada” contra las opiniones anti-abortistas, sino contra la “disimulación”, contra las webs que, dice “afirman dar información completa sobre el aborto y en realidad esconden el hecho de que quieren disuadir a las mujeres de abortar haciéndoles sentir culpables”.
La ministra afirma que su web oficial (www.ivg.social-sante.gouv.fr) no es pro-aborto, sino “neutral”. Pero quien las visite verá que critican a “ciertas webs” que hablan de maternidad además de aborto, y desdeñan los efectos perjudiciales del aborto en la madre.
Y su calidad científica es más que dudosa. Por ejemplo, cuando la web gubernamental habla de un aborto quirúrgico lo menciona como la retirada del “huevo”, cuando, en mamíferos, el huevo es el óvulo –óvulo significa en latín pequeño huevo-, la célula reproductora femenina, y si hay aborto, y más aún si es quirúrgico, ya no se trata de un óvulo, sino que hablamos de un ser humano en su fase de embrión, con varios miembros formados y bien distinguibles. Llamar "huevo" a un embrión o feto humano no es ciencia ni biología, sino propaganda.
Cuando preguntan a la Ministra si ha intentado hablar con los responsables de las webs que no le gustan, responde despectiva: “¿De verdad cree que voy a tener una charla con ellos?”
La política socialista prefiere llevar una normativa al Senado antes que hablar con los implicados.
¿Y la libertad de prensa y de expresión? La Ministra Rossignol responde que ella no quería limitar la libertad de opinión, sino que va a “limitar el disimulo de una opinión”.
Aplicado al parecer, a un solo tema: la defensa de la vida y el debate sobre el status del embrión humano y su protección.