En el cierre del último Cuarto Milenio, el presentador del programa, Íker Jiménez, reflexionó durante más de ocho minutos sobre la evidencia científica de que la vida humana comienza en el momento de la concepción. Criticó la industria del aborto y pidió una conciencia común sobre la necesaria protección para los no nacidos.
Estas palabras venían justificadas por la reciente difusión de estas imágenes, captadas por investigadores de la Northwestern University de Chicago:
Las imágenes muestran un proceso que permite distinguir los óvulos fecundados de los que no lo son. Como explica Stacy Trasancos en National Catholic Register, no se trata en sentido estricto de que la concepción produzca luz, sino de que, al ser fecundado, el óvulo incrementa su nivel de calcio y libera zinc, el cual se detecta mediante contraste en un líquido fluorescente. La investigación corrobora en cualquier caso la excepcionalidad del momento de la concepción, cuando la fusión de los gametos produce en ese mismo momento el material genético absolutamente nuevo que permite desarrollar un ser humano absolutamente único y distinto al de sus padres.
Así lo establece el consenso científico reflejado por la llamada Declaración de Madrid, presentada el 17 de marzo de 2009 con ocasión de la ley del aborto que aprobaría el Gobierno del PSOE en febrero de 2010 e hizo propia el Gobierno del PP en septiembre de 2014 retirando su propio proyecto a pesar de mantener contra la anterior un recurso de inconstitucionalidad que el Tribunal Constitucional, seis años después, aún no ha encontrado ocasión de examinar.
La Declaración de Madrid fue firmada por mil científicos e intelectuales (cantidad multiplicada desde entonces), entre ellos y en los primeros puestos Nicolás Jouve, catedrático de Genética de la Universidad de Alcalá de Henares, y César Nombela, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y ex director del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Así afirma este documento: "Existe sobrada evidencia científica de que la vida empieza en el momento de la fecundación... La Genética señala que la fecundación es el momento en que se constituye la identidad Genética singular; la Biología Celular explica que los seres pluricelulares se constituyen a partir de una única célula inicial, el cigoto, en cuyo núcleo se encuentra la información Genética que se conserva en todas las células y es la que determina la diferenciación Celular... Tras la constitución del material genético del cigoto, procedente de los núcleos gaméticos materno y paterno, el núcleo resultante es el centro coordinador del desarrollo, que reside en las moléculas de ADN, resultado de la adición de los genes paternos y maternos en una combinación nueva y singular".
En esta línea se manifiesta también Íker Jiménez, de cuya intervención extraemos algunos párrafos:
-"Estamos en tiempos -y sé que es meterme siempre en camisa de once varas- donde hay mucha sensibilidad para muchas cosas y muy poca para, por ejemplo, esos niños".
-"Siempre me he preguntado, aunque es un tema muy polémico, qué ha pasado en el mundo para que nos hayamos creído la milonga de que algo no está vivo realmente, de que algo no tiene luz dentro del seno materno o de que alguien puede incluso opinar libremente sobre algo tan prodigioso, único como es una vida humana".
-"Lo dicen los científicos, pero no nos llega: en cuanto se ha producido esa luz hay ya una cadena genética que no será ya igual a ninguna otra a lo largo de los millones de millones de años que viva el mundo, algo único en la historia de las historias está ahí ya funcionando... Es una cuestión puramente científica".
-"Hay una industria de millones y millones de fetos humanos que vive de eso y que recicla eso... y a pocos le importa".
-"Nos preocupa todo mucho, pero la vida humana inocente de alguien que ya es alguien, parece que no".
-"A mí me dirían: oye, Íker, no hables de esto. Pues no me da la gana. Porque estamos muy preocupados de muchas cosas, del ser vivo... y del ser humano, que es el ser vivo más complejo que existe, más milagroso en su unicidad... nos han comido el tarro para que sigan pasando cosas y aquí nadie diga nada".
-"Me da igual que siente bien o que siente mal: lo que sabe la ciencia es que prácticamente desde el principio pasan cosas, y que eso es único. Y yo creo que el Estado, y lo digo como lo siento, debería proteger de alguna forma la unicidad e identidad de esas personas que tienen derecho a desarrollarse".
-"A mí me gustaría que en un mundo del futuro hubiese una conciencia humana de que eso hay que respetarlo, de que es algo sagrado, pero no en el aspecto religioso, sino de la cantidad de conjunciones increíbles que han tenido que darse para esa cosa que todavía los científicos a día de hoy, en laboratorios de primer nivel, observan absolutamente asombrados".