Contra todo pronóstico y apoyados en Dios, la pareja decidió dar al pequeño Alonso todo lo que estuvo en sus manos para hacerle feliz durante la hora que permaneció en el mundo. Ahora vela por ellos desde el cielo, es "un ángel luchador", dice Gustavo en su testimonio para SalvarEl1.
Es una historia humana, de fe y superación, que aprecia el valor misterioso de cada vida y que reproducimos íntegra a continuación, en palabras del padre de Alonso:
A las 20 semanas de gestación mi pareja se hizo la primera ecografía y el doctor nos dijo que sería un hombre, al que llamaríamos Alonso. También nos comentó que venía con holoprosencefalia" [una malformación del cráneo y la cara debidas a una anormalidad compleja del desarrollo del cerebro. Nota de ReL].
Se nos vino el mundo abajo, ya que era nuestro primer hijo y desde el primer momento que nos enteramos de que íbamos a ser padres fuimos la pareja más feliz.
Ante esta noticia quisimos tener una segunda opinión y viajamos a Santiago, capital de Chile, donde mi mujer se hizo otra ecografía en 3D, y el diagnóstico fue acráneo (faltaba parte de su masa encefálica).
Nos recomendaron el aborto (si este hubiese sido legal), pero no dudamos un segundo en seguir adelante, nos apoyamos harto en Dios, orando para que sucediera un milagro o que no sufriera tanto nuestro pequeñito. Además, enviamos una carta a los monjes brasileños con harta fe porque había que intentar de todo.
La mujer de Gustavo, madre del pequeño Alonso
Los siguientes meses fueron muy duros, pero a la vez los mejores. Mientras pasaban las semanas, le cantábamos, hablábamos con él, fuimos a la playa, al campo, cumpleaños de amiguitos, muchas reuniones familiares, miles de fotos, muchos besos en la pancita y nunca nos cansamos de decirle que lo amábamos. Él era lo más bello que Dios nos pudo enviar.
Alonsito tenía fecha para la primera semana de enero de 2016, pero se nos adelantó y nació el 23 de diciembre a las 20:37, mi luchador. Nuestra felicidad, pero a la vez preocupación, en mi pareja y familiares fue enorme.
Mi pequeño estuvo con nosotros 1 hora y dos minutos. Luego subió al cielo porque Dios necesitaba a un ángel luchador. Ahora, han pasado 4 meses del fallecimiento de nuestro hijo, estamos contentos porque dimos todo lo mejor que estuvo en nuestras manos para que fuese feliz en el periodo de gestación y en la horita que estuvo con nosotros.
Sabemos que tenemos un angelito que nos cuida y ama como nosotros también le hicimos sentir. Nunca olvidaremos lo que pasamos, y el amor que aún le tenemos a nuestro Alonso Ignacio.