Por su interés reproducimos este interesante artículo del portal Mi Querida España sobre la valentía del político portugués Aníbal Cavaco Silva al vetar dos leyes pro ideología de género aprobadas por el Parlamento del país vecino.

Realmente el mes de enero ha sido grato en cuanto a noticias relacionadas con la batalla cultural contra la ideología de género. En Portugal, el presidente saliente Aníbal Cavaco Silva ha vetado dos leyes aprobadas por el parlamento portugués recientemente elegido en las elecciones de octubre y donde la izquierda tiene mayoría.


La primera ley que ha vetado que legalizaba la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo. El presidente portugués, católico para más señas (si bien no ha utilizado argumento de fe en su posicionamiento legal), ha justificado su veto señalando que está aún por “demostrar” que la norma “promueva el bienestar de los menores y se oriente en función de sus intereses”, que deben “prevalecer” sobre cualquier otra disquisición. 

Razonamiento muy consecuente con la prudencia que se debe exigir a todo buen gobernante que se preocupa por el bien común. Una razonamiento que en España no hemos oído en ningún momento, o que si hemos escuchado posteriormente ha sido olvidado cuando aquellos que los sostenían tuvieron mayoría absoluta. No parece ser ese el caso de Cavaco Silva. Dice y hace.


La segunda ley que hay vetado pretendía eliminar las modificaciones en la ley del aborto realizadas por la mayoría conservadora. El gobierno conservador, por un lado, exigió el pago de tasas en el caso del aborto (la sanidad portuguesa es de copago) y, por otro, estableció la obligatoriedad de que las mujeres embarazadas que quisieran abortar (de acuerdo a los supuestos legales) recibieran consejo psicológico antes de tomar una decisión tan drástica.

Ambas modificaciones las quería eliminar el gobierno de izquierdas, sin embargo, el Presidente ha vetado la reforma señalando que “disminuyen los derechos de información y eliminan la obligatoriedad de un acompañamiento técnico y especializado durante el período de reflexión”. De nuevo una lógica aplastante.


Esta actuación del presidente portugués demuestra que si se quiere se puede. Que si hay voluntad de dar la batalla cultural contra la ideología de género y el derecho a la vida se puede hacer. Basta con tomarse en serio el papel institucional que a un gobernante corresponde y su obligación de velar por el bien común. Esperemos que el nuevo presidente de Portugal, elegido en Enero, mantenga el mismo rumbo. Y también, por qué no, esperemos que cunda el ejemplo en España.


Sin embargo, las fuerzas de izquierda en el Parlamento luso superan así el veto del presidente Cavaco Silva, cuyo mandato está a punto de expirar.

El Parlamento portugués aprobó ayer las nuevas leyes que regulan la adopción homosexual y el aborto, después de haber sido vetadas por el jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, sin hacer cambios en la normativa.

Los dos proyectos contaron con el respaldo de los socialistas, en el Gobierno desde finales de noviembre, y del resto de fuerzas de izquierda, mientras que los partidos de centro-derecha se opusieron.

Su aprobación por segunda vez en el hemiciclo obliga al presidente a promulgar ambas leyes, ya que la Constitución le otorga la capacidad de “veto absoluto” únicamente para las normas aprobadas directamente por el Gobierno, pero no así por la Cámara.

Los partidos de centro-derecha, por su parte, lamentaron que no se haya atendido al criterio del presidente, quien instó a promover un debate más amplio sobre estas cuestiones antes de modificar la legislación vigente, informa Efe.

El conservador Cavaco Silva -que deja la jefatura del Estado el próximo 9 de marzo tras cumplir con el máximo de dos mandatos consecutivos en el cargo- rechazó en primera instancia sancionar estas leyes y reclamó que volvieran a ser debatidas en el Parlamento.

Cavaco Silva, católico practicante, será sustituido en marzo por Marcelo Rebelo de Sousa, quien ganó en enero pasado las elecciones presidenciales con un 52 % de los apoyos.