Un reto para los próximos 365 días que se presentan ante los cristianos
¿Año Nuevo? 10 propósitos espirituales para este 2020: sencillos y saludables para el alma
Con la llegada de un nuevo año surgen también los propósitos a realizar durante los 365 días que hay por delante. Para este 2020 son millones los que se propondrán hacer ejercicio, dejar de fumar, cuidar la dieta o dormir un poco más. Sin embargo, los cristianos también pueden pensar en algún propósito espiritual para este año que entra. Si es bueno cuidar el cuerpo, ¿qué pasa con la salud espiritual?
Para ello, el padre Edward Looney, sacerdote de la Diócesis de Green Way y miembro de la Sociedad Mariológica de América, comparte en Catholic Digest diez ejemplos sencillos de propósitos espirituales para este Año Nuevo. No tienen por qué ser sólo estos diez sino que son simplemente una pequeña muestra, ni siquiera se tienen que realizar todos a la vez. De hecho este sacerdote recomienda elegir uno, cumplirlo y elegir otro. Así, a lo largo del año se podrán acabar haciendo los 10 o incluso algunos más que serán muy beneficiosos para la vida espiritual.
Estos son sus diez consejos:
1. Comenzar el día con la ofrenda de la mañana
¿Qué es lo primero que haces cuando te levantas por la mañana? ¿Presionar el botón de posponer la alarma? ¿Te das la vuelta en la cama? ¿Te quejas de que necesitas dormir más? San Josemaría Escrivá escribió sobre el minuto heroico, que es levantarse en cuanto suena la alarma y rezar. Hay una oración tradicional llamada la Ofrenda de la mañana. Es una oración que ayuda a ofrecer a Dios todo lo que haremos durante el día. Es esta:
“Oh Jesús, a través del Inmaculado Corazón de María, Te ofrezco mis oraciones, obras, júbilos y sufrimientos de este día para todas las intenciones de tu Sagrado Corazón, en unión con el Santo Sacrificio de la Misa por todo el mundo, para la salvación de almas, la reparación de mis pecados y del mundo entero, la unidad de todos los cristianos, las intenciones del Santo Padre para este mes y para mis intenciones especiales. Amén”.
2. Rosario diario o semanal
Muchos católicos aprendieron a rezar el Rosario cuando eran niños. Algunos lo rezan todos los días. Otros ocasionalmente. Y el resto, raramente. El Rosario es una excelente manera para reflexionar sobre la vida de Jesús y María, y rezar con las Escrituras. No solo eso, en Fátima, María pidió rezar el rosario diariamente por la paz en el mundo. Quizás 2020 sea el año para tomar el Rosario más en serio. Si alguno no conoce bien el Rosario puede comenzar con un misterio cada día e ir avanzando. Se puede rezar uno a la semana o esforzarse por rezarlo diariamente. Da una oportunidad al Rosario.
3. Viernes sin carne
El Código de Derecho Canónico dice en su punto 1250 que “en la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma”. Por lo general, los católicos piensan que los viernes de abstinencia de comer carne se refieren solo a la Cuaresma, pero se recomienda durante todo el año. Algunas conferencias episcopales han restablecido la práctica todos los viernes. En este nuevo año un propósito podría ser el tener más consciente acerca de la comida los viernes, y quizás plantearse abstenerse de comer carne.
4. Estaciones semanales
¿No puede abstenerse de comer carne los viernes? El Código de Derecho Canónico también sugiere alguna otra forma adecuada de penitencia en lugar de la abstinencia. Este sacerdote, si no hace abstinencia el viernes, elige rezar las Estaciones de la Cruz como su "forma adecuada de penitencia". Afirma que le permite recordar la Pasión y Muerte de Cristo, y lo más importante, la razón por la cual se produce la abstinencia de comer carne los viernes. Las estaciones no son solo para la Cuaresma, se pueden rezar en cualquier momento del año.
5. Rezar a través de un libro devocional
Hay muchos libros devocionales llenos de meditaciones que ayudan a profundizar nuestra relación con Dios. En las librerías religiosas, o a través de algún sacerdote se pueden conocer muchas de estas obras que tanto bien harán al alma de la persona.
6. Leer un libro espiritual
Hay muchos libros escritos por autores católicos disponibles para profundizar el conocimiento de Jesús, María, la Iglesia, los santos y otros temas relevantes para la vida cristiana. Leer durante 2020 libros de este tipo beneficiará la vida espiritual de cada uno. El padre Looney confiesa que él ha decidido que leerá libros sobre sacerdotes santos, para que le inspiren su ejemplo de luchar por la santidad al servir a Dios y a su pueblo como sacerdote.
7. Rezar con la Biblia
Existen diferentes aplicaciones y libros que podrían ayudarlo a leer la Biblia durante este 2020. Se pueden leer los Evangelios, las cartas de San Pablo, o los escritos proféticos teniendo así un mejor conocimiento de la palabra de Dios. Y mientras se hace se puede rezar con la Biblia, a través de la lectio divina, en el que se lee un pasaje y posteriormente se pasa unos momentos meditando una palabra o frase de ese pasaje de las Escrituras. A través de esta oración, Dios habla de manera más profunda a las almas sobre la Escritura contemplada.
8. Realizar una peregrinación
Esta vida es en sí misma una peregrinación mientras se viaja hacia el reino de los cielos. Para los cristianos a lo largo de la historia, uno de los lugares más anhelados para ir en peregrinación era Tierra Santa. Pero siempre ha habido también costumbre de hacer peregrinaciones a los santuarios marianos o dedicados a los santos. Si puede, decida ir a rezar a un santuario, ya sea local o internacional.
9. Elegir un santo intercesor
Elegir un santo patrón para el año que entra puede ser una gran costumbre. Es una forma de conocer su vida y sus virtudes, además de poder pedir su intercesión. Esta es una costumbre que incluso Santa Faustina quiso tener. Por tanto, puede elegir un santo cuya intercesión desea implorar durante todo el año.
10. Terminar el día con un examen de conciencia
A menudo hacemos un examen de conciencia antes de acudir al sacramento de la Penitencia. Pero, ¿y si todos los días se hiciera un examen? No sé trata sólo de ver los fallos y errores, sino también de recordar cómo Dios ha actuado durante todo el día, ver las gracias y cómo responder mejor al día siguiente. Si es bueno empezar el día día ofreciéndolo a Dios, es igual de bueno terminarlo preguntando: "¿Cómo viví para Dios hoy?".