La Autoridad de Embriología y Fertilización Humana (HFEA) del Reino Unido ha permitido que un grupo de científicos del Instituto Francis Crick de Londres modifiquen genéticamente embriones humanos con el fin de comprender mejor su desarrollo, una práctica que ha sido calificada como “muy grave éticamente” por expertos.
Si bien la institución británica ha celebrado la decisión, el Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica de Valencia (España) lo ha calificado como “un hecho éticamente muy grave” y de “utilitarismo” de los embriones humanos.
“Es utilizarlo como ganado, como puro material experimental y esto, a mi juicio, es de una gravedad inmensa”, explicó a ACI Prensa Justo Aznar, director de la institución española.
“No se puede justificar una decisión moral o ética porque el fin sea más o menos bueno, sino por los medios que se usan para conseguirlo. Y en este caso se trata de una experiencia éticamente sin justificación alguna”, afirmó Aznar.
Se trata de un estudio altamente polémico especialmente por la posibilidad de que esta tecnología derive en “bebés diseño”, es decir, en la elección de ciertas características para los niños que se modificarían genéticamente a gusto de los padres.
La técnica que usarían estos científicos sería la CRISPR/Ca9, que realiza alteraciones específicas en los genes para estudiar los efectos de estas variaciones en el desarrollo del embrión.
Además, los científicos precisaron que en su investigación no permitirán que estos embriones humanos cumplan su ciclo de crecimiento sino que los estudiarán en las primeras etapas del desarrollo antes de destruirlos.
Al respecto Aznar ha manifestado su desacuerdo ya que “no existe la seguridad de que esos embriones modificados sean destruirlos porque en el laboratorio se puede continuar y dejarlos vivir con todas las consecuencias que podría tener”.
Además subrayó que “en el fondo de esta cuestión lo que subyace, y que es muy importante, es que hay que admitir que la vida humana se inicia con la concepción y por tanto destruir la vida en cualquier momento después de la fecundación es una acción éticamente inadmisible”.
Por eso Aznar anima a que este tipo de investigaciones se desarrollen con mamíferos como los primates y no con seres humanos en estado embrionario.