Con la música de Family of the Year y su Hero como fondo, nos describe una situación muy común: la interrupción del momento en el que el padre (¡por fin!) puede consagrarse a jugar con sus hijos, por una llamada de teléfono para atender las absorbentes obligaciones profesionales.
Una magnífica puesta en escena y convincentes interpretaciones gestuales de los tres protagonistas otorgan a la campaña un gran verismo. ¡Incluso la elección del juguete que salva la situación, emblemático para toda una generación!
El resultado es un emotivo homenaje a la continuidad de la familia y a la complicidad entre las generaciones. Y, sobre todo, un recordatorio de que jerarquizar las prioridades es una de las claves de la felicidad.