Líderes provida en Estados Unidos advirtieron sobre la agenda abortista que Joe Biden y Kamala Harris, candidatos a la presidencia y vicepresidencia respectivamente, implementarían en sus primeros 100 días de llegar al poder.
Si bien buena parte del futuro de la lucha provida en el país se relaciona a la revisión o a revertir el fallo Roe vs Wade, que legalizó el aborto en 1973, los líderes explicaron que la presidencia tiene en sus manos una serie de nombramientos y decisiones que definitivamente afectarán la causa provida en Estados Unidos, algunos de los cuales podrían darse de inmediato.
Joseph Meaney, presidente del Centro Nacional Católico de Bioética, dijo a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI, que Biden ha asumido “la postura más extrema en el tema del aborto”.
Meany precisó que, con esta postura, Biden retiró su apoyo previo a la Enmienda Hyde –que prohíbe usar fondos de los contribuyentes para procedimientos del aborto– y “básicamente señaló con ese anuncio que no iba a tener ninguna postura, forma o camino provida”. “Podemos esperar que todo lo que sucedió durante la Administración Obama suceda otra vez”, lamentó.
Biden ya ha expresado su intención de reinstaurar algunas acciones que eliminarían la protección a la objeción de conciencia de organizaciones religiosas como las Hermanitas de los Pobres, exigiéndoles proporcionar fármacos abortivos y esterilización a sus empleados en coberturas de seguros de salud, algo que las llevó a una extensa batalla legal.
Meany advirtió también que una Administración Biden rescindiría casi inmediatamente la llamada política de Ciudad de México. Implementada por primera vez por la Administración Reagan, esta política prohíbe el uso de fondos federales para promover el aborto fuera del país. La actual Administración Trump la extendió para incluir otras formas de ayuda en salud en el extranjero.
Tom McClusky, presidente de March for Life Action, dijo a CNA que revertir esta política podría convertirse en una especie de ceremonia para su primer día en el cargo de presidente, o incluso podría esperar al aniversario de Roe vs Wade, a fines de enero, que sería “una semana después”.
Meany comentó que con este apoyo al aborto, probablemente “el mayor impacto podría ocurrir en el departamento de Salud y Servicios Humanos, de modo particular en la oficina de derechos civiles”.
El líder explicó que el personal que es nombrado por la presidencia podría también “recortar severamente la ayuda que los individuos esperan recibir en algunos asuntos de conciencia”.
En su opinión, la Administración Biden podría bloquear el intento de algunos estados de no financiar a la organización abortista Planned Parenthood, y se podrían eliminar distintas restricciones para el acceso al aborto químico o con fármacos.
Otras medidas podrían ser convertir el fallo de Roe vs Wade en una ley federal y revertir la Enmienda Hyde. Estas medidas podrían darse “rápidamente”.
McClusky también dijo que si el Senado tiene una mayoría demócrata, junto con una mayoría en la Cámara de Representantes, entonces se podrían mover fácilmente hacia otras medidas a favor de la agenda del aborto. “Una vez que eso suceda, eso significa que la Enmienda Hyde se va. También se iría la Enmienda Helms [que también limita el financiamiento del aborto en el extranjero]”, agregó.
“Esa es una verdadera amenaza” para la vida, concluyó.