"Hay más felicidad en dar que en recibir", les decía San Pablo a los efesios al despedirse de ellos (en Hechos 20,35). Son palabras de Jesús, dice San Pablo, aunque no están recogidas en ninguno de los cuatro Evangelios.
La "felicidad del dar" también es una experiencia humana, como puede verse en este emocionante vídeo de 7 minutos filmado en Singapur.
Para muchos, el núcleo del vídeo está en el no juzgar temerariamente, no fiarse de las apariencias exteriores. Según el hijo protagonista, su padre era un fracasado, no era en absoluto un modelo...
"¿Por qué no somos ricos?", le pregunta a su padre. Y, ya adulto, una y otra vez: "mi padre no tenía éxito". En realidad, la obsesión por el "éxito" (ligado a la posesión material, la riqueza) ciega al joven.
Pero su padre ya le había dicho: "Ser ricos no se basa en cuánto tienes, sino cuánto compartes; cuanto más das más feliz eres..."
Todo un eco de las palabras de Jesús, en esta película emocionante titulada "Gift" ("Dar").
Pero quizá, sin darse cuenta, la película, con su visión desde Asia, aporta un elemento más que los occidentales todavía necesitamos más: el papel de la paternidad.
En Occidente las familias están rotas y los padres desaparecidos. Están ausentes, bien porque abandonaron la familia, bien porque están siempre en el trabajo, bien porque nunca se comprometieron con la madre...
En los países occidentales donde las leyes quitan autoridad a los padres para dársela a jueces y organigramas estatales, esta película resulta casi contracultural por su insistencia en la necesidad del padre como modelo, de la transmisión -tradición- de padre a hijo, que no se cierra en la familia sino que irradia a muchos.
Y eso incluye la trascendencia, el trato con los difuntos que nos precedieron y merecen veneración...
Es un mandato que está en la base de nuestra civilización desde el "Honrarás a tu padre y a tu madre", una honra y veneración que no acaba con la muerte.