En el primero destacaba la escandalosa frialdad de Deborah Nucatola, directora de servicios médicos de la organización, al explicar a sus falsos clientes lo buenos que son rescatando corazones, hígados o pulmones mientras se preparaba un bocado de ensalada.
En el segundo vídeo capturado el 6 de febrero de 2015 por The Center for Medical Progress y distribuido este martesvemos al principio a Cecile Richards, presidente de Planned Parenthood, afirmando que "las acusaciones de que Planned Parenthood se beneficia en cualquier forma de las donaciones de ´tejido´ no son ciertas". Acto seguido, contemplamos a Mary Gatter, presidente del consejo de directores médicos de Planned Parenthood (ella misma lo es en las delegaciones californianas de Pasadena y San Gabriel Valley), regatear el precio que estaría dispuesta a aceptar por vender trozos de fetos abortados.
Inicialmente pide 75 dólares por "tejido intacto" ("no quiero negociar a la baja", asegura), pero cuando los ganchos (supuestos clientes) le ofrecen 100, los acepta e incluso luego añade que preguntará a otros compañeros cuánto cobran por ver si se puede subir esa cantidad.
Es más, se muestra dispuesta a hablar con los aborteros para que alteren el procedimiento de aborto, violando el consentimiento informado firmado por la madre, en la idea matar al niño de forma que puedan preservarse las partes en las que esté interesado el cliente. Ella misma explica que en el primer trimestre de embarazo el método usual es la succión, que lo tritura todo, y que así lo firma la madre que acude a Planned Parenthood al dar su consentimiento. Alterar ese consentimiento supone un problema legal que, en cualquier caso, se compromete a resolver.
"No hacemos esto por dinero", asegura Gatter, pero dice que la cantidad que se le ofrezca "tiene que ser lo suficiente como para que me valga la pena". Por eso, tras haber dado su acuerdo a cobrar 100 dólares, pide un tiempo para estudiar el precio: "Déjenme averiguar lo que están cobrando otros, y si estamos en precio, lo dejamos así, pero si es poco, lo subimos. ¡Quiero un Lamborghini!", bromea con la persona que tiene al lado.
Al principio, Gatter explica a la persona que tiene al lado, que se supone también miembro de Planned Parenthood, que sus interlocutores son una compañía que lleva un año "en el negocio" y que "ponen en contacto a investigadores con gente que quiere donar tejido". Le explica que realizan 800 abortos al año, de los cuales 60 en el segundo trimestre (más apto que el primero para la obtención de órganos intactos, como explicará después).
Luego, la abortera dice una frase clave: "PPFA [Planned Parenthood Federation of America] está de acuerdo con la donación de tejido, pero tenemos que pedir permiso para hacerlo y tenemos que explicarles cómo será nuestro programa". Y añade que una persona (una tal Heather) del abortorio federado con Planned Parenthood "cogerá el tejido que se le pida. Así que logísticamente es muy fácil para nosotros, no tenemos que hacer nada".
A continuación remata la explicación afirmando que todo eso se hace con una "compensación", y que "los pacientes no reciben nada, por supuesto", momento en el que termina su intervención y sorbe de su pajita.
Enseguida empiezan a negociar precio.
-¿Cuánto quiere por tejido intacto? ¿Qué tipo de compensación?
-¿Por qué no empieza diciéndome lo que suele pagar?
-No, mejor prefiero escuchar, prefiero saber, ¿qué la dejaría contenta? ¿Qué cantidad estaría bien para usted?
-[Duda unos segundos y mira a su compañera] Verás, en una negociación, quien lanza la primera cifra está en desventaja, ¿no?
-Yo no lo veo así, pero si quiere jugar ese juego...
-No, no quiero jugar ese juego, pero no quiero negociar a la baja.
-¿Sabe qué? Si negocia a la baja, yo me mostraré agradablemente sorprendida y usted sabrá que negocia a la baja, pero lo que yo quiero saber es ¿qué cantidad estará bien para usted? No negocie a la baja, dígame lo que realmente...
-[Le corta.] De acuerdo. 75 dólares por muestra.
-Oh, eso es demasiado bajo. Sí, de verdad, es demasiado bajo, yo quiero que usted esté contenta.
-Pues iba a decir 50, porque he estado en lugares donde se hacía por 50, pero realmente no estamos en esto por dinero, y no queremos quedar en una posición en la que se nos acuse de vender tejido y cosas parecidas. Por otra parte, hay costes asociados como el uso de nuestro espacio y demás. Así que, ¿en qué está pensando?
-Más que eso. Me gustaría empezar en torno a 100 dólares.
-Ok. Pero eso es por tejido que realmente coges, no por tejido que la gente da voluntariamente pero que no te sirve, ¿no?
-Exacto. Que podamos usarlo, que esté intacto. Por eso le digo que no negocie a la baja, quiero que esté contenta.
-Eso es complicado, por el hecho de que nuestro volumen es demasiado pequeño. Quiero decir, ¿estás buscando muestras de 8 o 9 semanas o solo muestras del segundo trimestre?
-[Habla otro de los supuestos compradores] Diez o doce semanas, final del primer trimestre: si son muestras absolutamente intactas, nos pueden valer.
-Es interesante, pero permítame que le explique un pequeño problema, no es un gran problema. Si nuestra técnica habitual es la succión, para 10 o 12 semanas, y pasamos a usar un método manual o con menor succión para incrementar las probabilidades de que salgan muestras intactas, en cierto modo estamos violando el procedimiento que le hemos dicho a la paciente. En mi opinión, es un asunto menor, y no me importaría pedirle a Ian, que es nuestro cirujano y quien lleva los casos, que use un método manual a esa edad gestacional para incrementar las probabilidades de obtener tejido intacto. Pero es algo que tengo que tratar, porque la paciente firma un papel, y nosotros firmamos un papel, que dice que no vamos a cambiar nada en la forma en que la trataremos sólo porque estemos de acuerdo en dar tejido. Pero esto ya lo habéis escuchado antes...
-Sí. Es difícil. Es delicado. ¿Usted cómo lo ve?
-Creo que son técnicas totalmente apropiadas, no hay diferencia ni en cuanto al dolor causado ni creo que a las pacientes les importe lo más mínimo, así que no voy a hacer un problema de eso.
Tras esta conversación-regateo en la que queda fijado el precio, y una vez aclarado que saltarse el consentimiento firmado por la madre no será un problema, hablan de intercambiarse e-mails y de hacer la propuesta por escrito: "Yo se la llevaré a Laurel y a la organización para ver si queremos proceder así. Y si seguimos adelante, le mencionaré esto a Ian, a ver qué le parece usar una técnica menos trituradora [less crunchy] para conseguir más muestras enteras. Y si seguimos adelante, el siguiente paso sería pedir permiso a Planned Parenthood, porque para hacer esto necesitamos un contrato".
Mencionan entonces brevemente lo que el contrato debe indicar ("expectativas", "compensaciones"), y llega el remate por parte del supuesto comprador, momento en el que Gatter parece querer subir sus emolumentos.
-¿Estamos de acuerdo entonces en que 100 dólares la dejarían contenta?
-Pienso que sí. Pero déjeme averiguar lo que otros afiliados en California están recibiendo, y si están recibiendo sustancialmente más, podemos hablarlo. Porque ¿saben? el dinero no es lo importante para mí, pero tiene que ser una cantidad lo bastante grande como para que me valga la pena.
-Hay otra cosa. Esa cantidad ¿sería por muestra, por caso [aborto], por tejido conseguido...? Por ejemplo, si es por muestra, y conseguimos un hígado y un timo, y son 75 dólares por muestra, ¿serían 150 dólares? O si conseguidmos un hígado, un timo y un hemisferio cerebral... Es decir, que eso nos protege de pagar por algo que no podamos usar.
-Mire, hace años desde la última vez que hablé de compensaciones. Déjeme averiguar lo que están recibiendo otros. Si estamos en precios, perfecto. Si es demasiado bajo, podemos subirlo. ¡Quiero un Lamborghini! [Se ríe.]
-¿Qué dijo?
-Dije que quiero un Lamborghini.
-[Se ríe.] Todos los queremos, ¿no?
-Exacto.