El barrio bogotano de Teusaquillo bien podría conocerse como el epicentro del aborto en Colombia. Concretamente la calle 34, la principal, aglutina a más de 30 centros abortistas, algunos clandestinos y otros sometidos a Oriéntame y Profamilia, filiales de la Federación Internacional de Planificación Familiar, mundialmente conocida como Planned Parenthood.
Entre "clínicas de la muerte" y "tarjeteros"
En 2022, la actual expresidenta del Concejo de Bogotá, Nelly Patricia Mosquera, llevó a cabo una investigación sobre las llamadas "clínicas de la muerte" de Teusaquillo.
Como alertó en el digital Semana, una miríada de jóvenes son abordadas cada semana por los llamados "tarjeteros", que asegurando ofrecer servicios de ecografías las conducen a centros donde personal sin acreditación médica lleva a cabo los abortos. Desde el mismo año de la investigación, el aborto quedó despenalizado hasta la semana 24 de gestación.
"Incluso pudimos ver cómo una mujer, a sangre fría, ofrece un recorrido para mostrar cada detalle de la casa donde se realizan estos abortos. En otra de estas falsas clínicas, una mujer asegura que acaba de practicar un aborto a una mujer que tenía 12 semanas de gestación. Es verdaderamente indignante y repudiable que este tipo de consultorios sigan funcionando en Bogotá", señaló Mosquera.
En la oscuridad, un lugar donde se respira paz y alegría
Sin embargo, en el epicentro de las "clínicas de la muerte" se alza un lugar en el que "se respira paz y se encuentra esa alegría que sólo trae saber que se está obrando según la voluntad de Dios".
Quien así habla es Pamela Delgado, integrante de 40 Días por la Vida y una de las impulsoras de Casa 40, una humilde edificación blanca e iluminada que hace esquina en pleno barrio de la muerte, pero que está "llena de vida": cada día, voluntarios de la organización mundial de oración provida acuden a la casa que desde hace 9 años ha atendido a más de 1.000 mujeres ofreciéndoles ayuda para llevar a término sus embarazos.
Algunas de las madres apoyadas por Casa 40, junto a sus hijos.
En Casa 40, explica Delgado en el portal de 40 Días por la Vida en Hispanoamérica, "las mujeres se dan cuenta de que no están solas, y en el último minuto no entran al centro de abortos para matar a sus bebés, sino que se dejan acoger por el amor de Dios que reciben a través de los voluntarios de nuestras vigilias".
De la maternidad en crisis a la maternidad feliz
Una vez acogidas, las madres que lo desean comienzan un proceso cuyo objetivo es "transformar su maternidad en crisis en una maternidad tranquila y feliz".
Las que así lo hacen pasan a recibir de inmediato un acompañamiento durante todo el embarazo, donde el equipo de voluntarios y psicólogos les ofrecen las herramientas necesarias para recuperar su autoestima, la fe y la fuerza para continuar con sus embarazos, enumera Delgado.
Pero el apoyo no es únicamente psicológico, que reciben gratuitamente cada semana. Al este se unen los componentes emocional, físico y espiritual, también se realizan formaciones semanales con esta secuencia.
Las madres no viven en la casa, pero acuden al menos dos veces por semana a la terapia ofrecida. De forma natural se ha terminado conformando una gran comunidad de mujeres que viven -o han vivido- la misma situación y que se apoyan mutuamente. Al mismo tiempo, los voluntarios acaban pasando a ser auténticas amistades que también tienen como objetivo proporcionarles ayuda laboral y material de cara al embarazo.
Casa 40 cuenta con una gran comunidad de mujeres, madres y voluntarios que acaban conformando auténticas amistades de por vida.
La idea no es la dependencia, sino la autosuficiencia
40 Días por la Vida realiza dos grandes vigilias de oración cada año, pero los servicios de la Casa 40 son ininterrumpidos, haya o no campaña. Delgado calcula que cada semana acuden 6 nuevas mujeres pidiendo ayuda y desde los 9 años de andadura son más de 1000 mujeres las que han sido atendidas.
Entre las mencionadas ayudas, la Casa 40 ha conformado un ropero que ofrece a las madres utensilios de aseo, ropa y juguetes para los bebés, así como acceso al banco de alimentos o mercados. A la Casa también acuden a celebrar fechas especiales como el día de la madre, los cumpleaños o la Navidad, así como después de cada vigilia de oración o a fiestas donde se celebran las nuevas vidas y se ofrecen regalos para los niños.
En el epicentro del aborto en Colombia, un oasis de paz, alegría, vida y comunidad se erige como la única opción de apoyo real para miles de mujeres.
En última instancia, las madres que los desean pueden recibir la bendición del hijo que está por nacer. Por si fuera poco, el proyecto también ha terminado incorporando una sección donde se forma a las madres en diversos oficios para salir adelante, ya que como subraya Delgado, "la idea no es hacerlas dependientes" sino autosuficientes.
En 2015, primera vigilia de 40 Días por la Vida en Bogotá, fueron 12 los niños salvados del aborto. Desde entonces en cada vigilia se atienden aproximadamente 25 mujeres de las cuales no todas continúan el proceso, pero si la mayoría. Hoy, la organización celebra que los primeros bebés salvados ya tienen 8 años.
Para Delgado, Casa 40 es solo uno mas de los miles de frutos que la oración y caridad de 40 Días por la Vida ha dado en todo el mundo. Entre ellos, la organización celebra las 24.853 vidas salvadas del aborto, los 155 abortorios cerrados y los 263 profesionales abortistas que han renunciado a sus empleos, según reflejan las estadísticas mostradas en el portal internacional.
Casa 40 pone a disposición de quien desee colaborar su sección de donativos, así como el seguimiento del portal de Mamás 40, en referencia a las "madres que entendieron el valor de la vida en su vientre gracias a las vigilias de 40 Días por la vida".