El joven se encontraba de vacaciones y entrenando a tope como velocista de alto nivel que es, con la esperanza de representar un día a su país en las pruebas internacionales de atletismo. Y descubrió alarmado la situación de Angela (nombre ficticio): "Había cumplido 17 años, tenía 23 semanas de embarazo, sin techo, sin zapatos, sin teléfono, con menos que una mochila llena de ropa”, explica él mismo en la red social, según recoge Aciprensa.
Tommy no lo dudó: la fue a buscar al lugar donde dormía en Gold Coast, cerca de Brisbane, y se la llevó a su apartamento para que concluyese allí su embarazo: "Cuando fui a buscarla y me contó su situación, fue muy duro para mí escucharlo, porque cuando éramos niños era mi prima pequeña favorita. Yo creía que estaba perfectamente... y no era así en absoluto. Vivía en las calles, era adicta al shabú (clorhidrato de metanfetamina, n.n.) y hacía cosas terribles para conseguirlo. No tenía nada".
La chica, que no había acabado ni los estudios de primaria, había dejado de consumir otras drogas duras a los 15 años, pero a los 16 quedó embarazada y el padre de la criatura acabó en la cárcel poco después. Y allí estaba ahora, de ocho meses ya, sin nada en la vida... salvó su primo, que no la juzgó: "No era culpa suya, sólo es una niña pequeña que necesita ayuda. Obviamente no iba a dejar que se quedara viviendo en la calle".
Ni tampoco que las autoridades le quitasen al bebé, como inevitablemente habría sucedido: "Había tenido una vida de inestabilidad, muy probablemente debido a su infancia traumática. La vida la trató mal y tuvo que arreglárselas como pudo. Pasó más tiempo en la calle que en ningún otro sitio, y conoce a la policía mejor que a su propia familia. Nadie merece una vida como la que ella ha tenido".
Durante sus vacaciones, Tommy había trabajado duro en una frutería ahorrando 2800 dólares, suficiente para hacer frente a los primeros gastos: "A todos les encanta decirme que es una gran responsabilidad, pero no pensé ni en la universidad ni en el trabajo ni en nada más, sólo pensé que ella me necesitaba".
Hizo un alto en sus entrenamientos para trabajar más y ganar más dinero, volvió a clase, y el 17 de marzo nació Joshua (nombre ficticio) mientras él estudiaba en la sala de espera del hospital. "Al día siguiente fui a clase. No había dormido, pero quería contárselo a todos", confiesa.
Ahora, cuatro semanas después, Tommy estudia y a la vez trabaja tres días a la semana para alimentar a su imprevista familia, pero su hermano Liam ha comenzado una campaña para recolectar fondos en su favor.
Además de darle un hogar, Tommy aseguró el futuro del bebé adoptándolo legalmente, para lo cual pasó los últimos meses del embarazo "en reuniones con diferentes departamentos, firmando formularios, siendo evaluado y monitorizado, buscando financiación, abriendo cuentas bancarias..." y ejerciendo además como padre, acudiendo con su prima a las revisiones médicas.
Ahora ella está "lejos de las drogas, de la violencia, del drama. ¡Le conseguí también un gatito!". Acaba de aprobar el carnet de conducir, ha ido al dentista a mejorar su dentadura y “mejora su lectura y escritura, y está motivada para tener la educación que nunca tuvo”.
“¡Es la chica más fuerte que conozco!", añade: "Todo lo que quiere para su bebé es que tenga una mejor vida que ella. Hay aún un largo recorrido por delante, pero las cosas van por buen camino y tiene la oportunidad que merece".
Tommy no teme cómo puede afectar a su vida personal futura la decisión que ha tomado: "Son cosas que no puedes controlar. Pero cuando suceden cosas malas, es tu familia la que te apoya. Eso significa que nadie se quede atrás u olvidado. Mi familia me ha salvado de problemas a mí en otras ocasiones, era tiempo de devolver el favor. La familia es lo primero”.
Y aunque confiesa que al principio todo lo hacía por su prima, las cosas están cambiando: "Cuando Joshua vino al mundo, no tenía un vínculo emocional con él, todo lo hacía por Angela. Pero realmente lo estoy cuidando y en cierto modo es hijo mío, he asumido el papel de padre".