Bajo el comunismo, el Evangelio brillaba, pero el nuevo totalitarismo es más que capaz de apagar esa luz sin aparente oposición alguna.
En torno a este hilo, el escritor conservador Rod Dreher ha concedido una entrevista para Mundo Cristiano analizando la estrategia de esta nueva corriente opresiva, su afán de destruir la familia y la comunidad y en última instancia, sustituir a la propia religión. Su conclusión es firme: “La guerra cultural está interesada en nuestras familias, y nuestras élites han perdido el valor. Es el momento de formar grupos y luchar”.
La luz del Evangelio se apaga bajo un nuevo totalitarismo
La publicación de "Vivir sin mentiras. Manual para la disidencia cristiana" ofrece a Dreher una oportunidad perfecta para comparar el totalitarismo soviético con el presente.
“Es difícil percibir la naturaleza totalitaria de esta ideología emergente, porque a diferencia del comunismo, no busca forzar a la gente a través de la violencia. Sus métodos son más suaves. Hoy no puedes disentir abiertamente de esa ideología y al mismo tiempo estar a salvo en tu trabajo o en cualquier otro aspecto de tu vida”, afirma. No dudan en “despedir personas de sus trabajos, destruir su reputación y hacer que todos tengan miedo”.
Por ello, para Dreher la comparación más que numérica en cuanto a cifras de asesinatos, muertes y represión, “se limita a la percepción. Bajo el comunismo, el Evangelio brillaba con una luz clara que atravesaba la oscuridad, pero en lo que tenemos ahora, la luz solo golpea la niebla”.
¿Cómo se ha implantado? El disfraz de la “tolerancia y el diálogo”
Dreher afirma que el proceso de implantación ha sido perseverante, firme y gradual, pero silencioso. “Se nos dice que si no aceptamos cualquier locura que exijan los ideólogos de género, las personas transgénero se suicidarán”.
Primero, explica, “se presenta pidiendo tolerancia y diálogo. Después, cuando entra en las instituciones, anuncia que se acabó el diálogo y la tolerancia”.
Más tarde, “esta ideología –a la que se refiere como `woke´ por su denominación en Estados Unidos–, conquistó la enseñanza, luego los medios de comunicación, y ahora sus tropas están marchando con éxito en las instituciones, la medicina, la ciencia, las corporaciones”.
Rod Dreher, durante la presentación de su último libro, "Vivir sin mentiras. Manual para la disidencia cristiana".
La estrategia de la compasión en las escuelas
En tercer lugar, afirma Dreher, el nuevo totalitarismo “se implementa siempre por el bien de la compasión”. Lo ejemplifica con su esposa, que es profesora. “Los maestros no ganan mucho dinero, muchos lo hacen porque aman a los niños y sienten deseo de cuidarles, por eso son muy vulnerables a ideologías que afirman estar basadas en la compasión”.
“Hace un par de décadas los activistas LGBT lanzaron una campaña para introducir su ideología en las escuelas bajo el disfraz de la lucha contra el bullying”, explica. “Hicieron parecer que cualquiera que se opusiera a este programa estaba a favor del bullying.”
Años después, los activistas han logrado su objetivo. “Muchas escuelas tienen directrices para ayudar a los niños que dicen ser transgénero a hacer el cambio a su género preferido y, no estoy bromeando, mantener el secreto oculto a los padres. Todo por el bien de la compasión”.
“Suena un poco como una fantasía paranoica de la derecha”, bromea Dreher, “pero todo esto es cierto: se está adoctrinando a los niños en ideología de género y se les está enseñando a masturbarse en la escuela; y promoviendo el Orgullo para que los niños inventen sus propios pronombres”.
“Un liberal que ha perdido la fe en el liberalismo”
Y todo ello, asegura, lo han logrado bajo la pasividad de la derecha. “Ha sido absolutamente ineficaz para detenerlos”, afirma cuestionando algunos aspectos del gobierno de Donald Trump. “Si hubiera tenido la disciplina y la inteligencia de Viktor Orbán, podríamos haber llegado a alguna parte”.
Eso explica que el escritor conservador afirme al periodista Itxu Díaz estar algo desorientado. “Me cuesta descifrar mi posición política. No me gustan muchas cosas de la derecha de Trump, pero al menos no atacan iglesias o escuelas”. Se define como “un liberal de derecha que ha perdido la fe en el liberalismo” y zanja la cuestión planteando un probable escenario: “¿Tenemos que recurrir a la política antiliberal para defender nuestra civilización y nuestras libertades? ¿Hasta dónde podríamos llegar?”.
Solo queda la familia
El escritor considera como “uno de los mayores problemas” la inmensidad y dificultad de la batalla en defensa de la familia. “Los padres se rinden. ¡No podemos hacerlo!”, exclama. “Tenemos la responsabilidad de luchar hasta el final por nuestras familias”.
Dreher constata que gran parte del día a día amenaza directamente a la familia, y advierte a quienes creen que no les afectará por mirar hacia otro lado: “Es posible que las familias no estén interesadas en la guerra cultural, pero la guerra cultural está interesada en ellas”.
“Todos estamos cansados y desmoralizados” añade, “pero si renunciamos a la lucha en el único lugar que podemos controlar, en el hogar, en nuestras familias, entonces todo estará perdido”.
“¿Cuál es la alternativa?”, se pregunta antes de concluir. “¿Vivir como esclavos? Es el momento de encontrarnos, de formar grupos y luchar. No podemos esperar al liderazgo, nuestras élites han perdido el valor. Depende de nosotros”.
Presentación de "Vivir sin mentiras. Manual para la disidencia cristiana", de Rod Dreher.