Este domingo, 25 de enero, a las 13.30, arrancó en la Plaza de la Bastilla de París una nueva edición (la décima) de la Marcha por la Vida. Este año se hacía especial hincapié en la oposición al proyecto de ley sobre el final de la vida que debatirá en marzo la Asamblea Nacional, impulsado por el presidente François Hollande.

En la manifestación hubo una importante representación española de organizaciones como HazteOir, Derecho a Vivir o CitizenGo, encabezada por Ignacio Arsuaga.


Jaime Mayor Oreja, presente en la manifestación en cuanto copresidente de One of Us.

Entre los asistentes pudo verse asimismo al ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja, copresidente junto al antiguo eurodiputado Carlo Casini de la Federación Europea One of Us [Uno de Nosotros], constituida por 25 asociaciones europeas tras el veto de la Comisión Europea a la exitosa iniciativa legislativa popular en la que ciudadanos de 28 países de la Unión pidieron el respeto a la vida humana en todos los ámbitos en los que la UE tiene competencias, y que no se emplearan fondos públicos para actividades que la destruyeran o atacaran su dignidad.


Vincent Lambert: su vida está en manos de los jueces.

Otro protagonista de la marcha fue Vincent Lambert, frente a los intentos de practicarle una eutanasia encubierta: se espera la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre si avala o no la decisión de los tribunales franceses de finalizar la alimentación e hidratación que este joven con graves lesiones cerebrales aunque no en estado de inconsciencia total, víctima de un accidente de moto en 2008, precisa para seguir viviendo. Como informa HazteOir, abría la marcha la madre del joven, Viviane Lambert, junto con el doctor Xavier Ducrocq, miembro del comité de expertos que le examinó.

Al finalizar la marcha, que recorrió durante hora y media las calles de París (45.000 personas, según los organizadores), intervino Cecile Edel, presidenta de la Marcha por la Vida, quien recordó que se cumplen cuarenta años de la llamada Ley Veil que legalizó el aborto en Francia: "El 17 de enero de 1975 se incorporó a nuestras leyes nada menos que el permiso de matar, de eliminar con toda impunidad al más frágil e inocente, al niño que va a nacer". Desde entonces nueve millones de bebés han sido asesinados, "sin contar los terribles sufrimientos y violencias infligidas a las mujeres que han abortado". Esa ley fue la caja de Pandora "que conduce a la deriva eutanásica que amenaza hoy a Francia".


Cecile Edel, presidenta de la Marcha por la Vida.

Tras recordar los diez años de lucha por la vida que suponen estas marchas, Cecile sintetizó la convicción de los presentes de que "toda vida humana es sagrada", y que se trata de "rechazar el cambio de civilización hacia el cual se encamina Francia": "Gracias por haber sido la voz de los sin voz, la voz de quienes no verán amanecer el próximo día, la voz de Vincent Lambert, cuya vida depende de la opinión de los jueces". "El respeto a la vida", concluyó, "no debe sufrir ninguna excepción en nombre de una pseudolibertad [aborto] o de una falsa caridad [eutanasia]".