De hecho, el intento de reforma de la ley que estuvo presentando durante tres años el ya exministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, le parecía también insuficiente: “yo la hubiera hecho aún más restrictiva”.
Esa reforma quedó en nada por decisión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pese a tener mayoría absoluta en el Parlamento y el control de la mayoría de autonomías y ayuntamientos.
En declaraciones a Servimedia, David Pérez opinó que, pese a sus limitaciones, la reforma debería haber sido aprobada porque “era urgente y necesario dar una protección al ser humano no nacido” y “las restricciones al aborto son garantías para el ser humano no nacido”.
“Yo hubiera hecho una ley que protegiera aún más al ser humano”, reiteró Pérez.
Añadió que “lo que bajo ningún concepto es sostenible es la actual legislación, que deja al ser humano no nacido totalmente desprotegido y a merced de una normativa que dictaron unos dirigentes como Zapatero y Bibiana Aído, que consideraban que el ser humano que hay dentro de la mujer -y que va a nacer, si se le deja y no se le mata-, no era un ser humano”.
“Esas manipulaciones del lenguaje, con esa interpretación positivista de los derechos humanos, al final lo que hacen es condenar a cientos de miles de niños a una muerte segura, a una práctica violenta que es el aborto”, añadió.
Pérez condena el aborto porque “consiste en destruir a un ser humano no nacido -por medios quirúrgicos, químicos o por asfixia- que lo que necesita es la máxima protección, porque está absolutamente indefenso”.
A su juicio, el aborto es “un atentado contra los derechos humanos, contra el derecho a la vida y, además, es la gran tragedia humanitaria de nuestro tiempo”.
En diciembre de 2012, con el debate sobre la reforma del aborto en plena actualidad, David Pérez ya anunciaba su oposición clara al aborto. "El aborto es el mayor fracaso de la política social. Es un atentado al derecho a la vida y creo que también es un atentado contra la paz, porque el aborto lo que hace es destruir una vida. Algo que se debería evitar", proclamaba sin ambigüedades el regidor.
Hacía estas declaraciones para contextualizar el apoyo del Ayuntamiento de Alcorcón al trabajo de la Fundación Red Madre (www.redmadre.es), organización "creada en 2007 con el propósito de activar una Red solidaria de apoyo, asesoramiento y ayuda a la mujer para superar cualquier conflicto surgido ante un embarazo imprevisto, en toda España".
El presidente de Fundación Red Madre, Antonio Jesús Torres Martínez, señalaba el convenio con el Ayuntamiento de Alcorcón como "un hito a nivel nacional" y un ejemplo para otros países, por el trabajo conjunto entre la sociedad civil (organizaciones y fundaciones) y la administración pública (alcaldías y comunidades) a favor del derecho a la maternidad.
El consistorio también impulsó políticas pro-familia como bonificaciones en el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) para las familias numerosas y el Sello "Alcorcón Concilia" dedicado a la conciliación de la vida laboral y personal, así como talleres de apoyo a la lactancia, preparación para el parto y el cuidado del bebé y gimnasia para embarazadas.
David Pérez García, de 41 años, llegó a la alcaldía en 2011, año de la JMJ de Madrid. Con motivo del encuentro de tantos jóvenes católicos en Madrid recordó que cuando él tenía 16 años también acudió como peregrino a la JMJ de Santiago, en 1989, de cuyo calor asfixiante aún se acuerda.
Dos años después, acudió a la de Czestochowa, en Polonia. Explicó a la sección de Religión del diario La Razón que en Polonia experimentó «una renovación profunda desde la fe». «Éramos muchísimos españoles, y vimos que en el pueblo polaco la fe había triunfado, que las raíces cristianas de Europa, que algunos quieren obviar, sobrevivieron a medio siglo de regímenes autoritarios hostiles, que no pudieron eliminar la fe. Unas noches nos acogió una familia polaca, y por el camino dormimos algunas veces en tierra, en sacos de dormir al aire libre», recordó.