A medida que se extiende la legalización del "aborto casero" -conocido en inglés por las siglas DIY, do it yourself, "hazlo tú misma"- también se extienden los daños que provoca a miles de mujeres en todo el mundo.
Es una de las conclusiones que ha admitido una de las principales cadenas internacionales de la industria abortista, Marie Stopes International. Según su análisis (puede leerse aquí en su web en inglés), 1 de cada 20 mujeres que practique el aborto casero químico experimentará graves complicaciones que requerirán hospitalización y cirugía.
Los fuertes dolores y hemorragias o las infecciones producidas por la permanencia de los restos del feto abortado en el interior de la madre son algunos de los efectos secundarios de esta práctica.
Kevin Duffy, que antaño fue un directivo abortista pero en la actualidad es provida, señala que esas mujeres necesitarán un tratamiento posterior para finalizar su aborto.
Además, los datos de los efectos adversos de ese 5% de mujeres están medidos "a la baja". Se han tomado únicamente de embarazos inferiores a 9 semanas de gestación.
Es decir, embarazos con un seguimiento y una ecografía de por medio, en un periodo en el que las complicaciones propias del aborto casero son menores, ya que el riesgo de un aborto incompleto se incrementa conforme avanza el propio embarazo.
Además, explica Duffy, ese porcentaje de mujeres tendrán que ser sometidas a intervenciones posteriores debido al aborto casero.
(Al respecto, lea aquí más sobre las 11.000 mujeres inglesas hospitalizadas por el aborto casero)
Los expertos han advertido de forma continuada sobre los riesgos y amenazas de esta forma de aborto casero, principalmente a través de misoprostol y mifepristona.
Una de ellas es el aumento significativo de las urgencias por fuertes dolores y hemorragias. Así lo mostró un correo electrónico filtrado (que puedes consultar aquí) que destacaba el incremento de mujeres que acuden a urgencias por estos riesgos y afecciones.
La misma filtración del correo también reveló la apertura de una investigación policial por asesinato tras la muerte de un bebé que nació vivo a pesar de que su madre ingirió pastillas para abortar, informa Right to Life News.
(Lea aquí: ¿Por qué ahora las feministas ocultan su signo de la percha?)
Una práctica sin respaldo social ni control administrativo
Otro de los riesgos de esta práctica es la ausencia total de control médico de las mujeres a las que se les proporciona la pastilla para abortar en casa, por lo que las llamadas a ambulancias tras abortar se ha duplicado desde el cambio en la regulación que permite a quien lo desee tener los dos medicamentos necesarios en sus hogares.
Según una encuesta realizada por el gobierno de Escocia a 5.537 personas y entidades, solo el 17% de los encuestados se mostraron partidarios de hacer permanentes las medidas favorables al aborto casero (medidas que se adoptaron en el contexto de emergencia y confinamiento por la pandemia de coronavirus).
La encuesta gubernamental no fue la única que mostró el rechazo social generalizado a esta práctica. Según otra encuesta elaborada por Savantha ComRes en diciembre de 2020, una abrumadora mayoría de la población muestra una gran preocupación en lo referente al aborto casero:
Al 68% de la población en general le preocupan las mujeres que se someten a este procedimiento.
El 83% de la población general y el 84% de la femenina consideran angustioso y preocupante verter los restos de su aborto por el inodoro de su casa.
Al 82% de la población general y al 85% de las mujeres les preocupa, además, que las mujeres se sometan a un aborto con medicamentos superadas las 10 semanas, debido al aumento del riesgo que se produce desde la semana 9.
El historial de negligencias de Marie Stopes: no solo aborto casero
Right to Life no solo destaca los riesgos del aborto casero, sino de las propias clínicas de uno de sus grandes proveedores, Marie Stopes.
Durante las inspecciones de calidad de las 70 clínicas de Marie Stopes, la multinacional empleó una política de alta presión sobre mujeres que habían decidido no abortar para ofrecerles una nueva cita.
En 2016, Marie Stopes se vio forzada a suspender los abortos en el Reino Unido debido a la detección de más de 2.600 fallos de seguridad en sus clínicas, enfermeros que abandonaban a las pacientes sedadas en el hospital o a la presencia de restos de embriones en los contenedores.
Según detalla este informe, solo un año después del cierre, se practicaron cerca de 400 abortos fallidos en sus clínicas. La presencia de personal sin cualificación, incidentes graves y hasta 11 mujeres trasladadas de urgencia al hospital fueron algunos de los episodios que cerraron uno de los peores años para la reputación de esta filial abortista.
Lea aquí la historia de la desigual batalla entre el doctor Sutherland y la eugenesia racista de Marie Stopes.
Y aquí, la obsesión racista de la pionera abortista Marie Stopes, por la eugenesia y la pureza racial