La cuestión del tercer día de trabajos del Sínodo sobre la Familia en Roma fue: ¿Cómo comunicar el Evangelio de la Familia en el mundo de hoy?
Siguiendo esa línea, el martes, 7 de octubre, se abrió el tercer día de trabajos (Congregación general) con la continuación de los debates y el testimonio de un matrimonio de evangelizadores en Filipinas.
La Asamblea contó con una breve presentación del Presidente delegado de turno, el cardenal Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila, introdujo el testimonio de los esposos filipinos George y Cynthia Campos, del movimiento católico Parejas Por Cristo (Couples for Christ), que nació en Filipinas con 16 parejas y hoy tiene cientos de miles de miembros en unos 100 países (sólo su rama "Solteros Por Cristo" ya tiene 60.000 miembros).
George Campos es un agente de pastoral a tiempo completo; es presidente y director ejecutivo del movimiento en Filipinas.
Cynthia esposa de George, es una voluntaria de la misión en el mismo programa pastoral. Ambos son profesionales con estudios universitarios. Ella era una ejecutiva de éxito que sintió una llamada especial.
“Nuestra misión es la construcción de la Iglesia, del hogar y atender a los pobres” dijo George Campos.
La renovación de la vida familiar cristiana tiene un nuevo vigor en Asia, lrecordó Papa Francisco en su reciente viaje a Corea. Precisamente, la comunidad está compuesta por ministerios de la familia, ayuda social, y un ministerio pro-vida.
Los señores Campos, tras 27 años de matrimonio, con cuatro hijos, cuentan que en 1990 inician su trabajo en CFC. “Nos hemos comprometido a ser una catequesis viviente” como "Familias en el Espíritu Santo renovando la faz de la Tierra” dijo la mujer citando el lema de la organización ante los Padres sinodales.
Cynthia era una aspirante a monja que un sacerdote aconsejo en pleno retiro espiritual: “Tú no eres para la vida religiosa. Dios te dará un marido y compañero para criar a los niños….tu trabajo está fuera (del convento)“.
“Después de este aparente rechazo de parte del Señor, volví a la escuela para terminar mi carrera. Por cierto, George (su futuro esposo) era monaguillo en el mismo convento”, recordó.
Después de trabajar por 25 años en una empresa privada con éxitos profesionales y ascensos llega la llamada. “He pasado la primera mitad de mi vida al servicio de esta compañía y ahora quiero pasar la segunda mitad de mi vida sirviendo al Señor”, le dijo al dueño de la empresa.
Cynthia a los 47 años asumió un nuevo reto: “el servicio como pareja” a la Iglesia.
Los esposos Campos han estado en misiones juntos en Vietnam, Tailandia y Australia.
“En mi cuarto embarazo, me diagnosticaron diabetes gestacional y preeclampsia. Nos dijeron que mi vida estaba en peligro si continuaba con el embarazo y mi hijo tenía una alta probabilidad de nacer anormal”, confió Cynthia a los presentes.
“Decidimos tener el bebé y cumplir con la voluntad de Dios. Con la gracia del Señor, los dos sobrevivimos y mi hija Christen es ahora muy sana y llena de vida”.
Las dificultades serían muchas, pero recuerda las más duras. En 1998, los médicos le confirman que tiene un cáncer de mama y no le dan más de 6 meses de vida.
“En lugar de dejar de ir a nuestro servicio, hemos continuado, apoyados por las oraciones de mi familia y de nuestra comunidad de CFC”.
“Mi oración era: ‘Señor, con un sólo movimiento de tu dedo podrías cambiar mi enfermedad. Sólo tienes que quererlo’. Dios escuchó nuestras oraciones y por ahora estoy de pie, antes de curarme con una intervención médica simple y una dosis de antibióticos”.
En este sentido, Cynthia testimonió que la formación y el apoyo pastoral fortalece las familias aún en los desafíos diarios. Entonces, preguntó: Pero ¿qué hay de aquellos que no tienen el privilegio de tener un grupo de apoyo? Por esto, “nuestra misión continúa con mayor pasión”.
Los esposos Campos y su comunidad (CFC) hacen servicio también con solteros, cónyuges que trabajan en el extranjero (inmigrantes), viudos y viudas, separados, divorciados, entre otros grupos que buscan un lazo con la Iglesia.
Asimismo, trabajan con parejas en situación irregular (sin el sacramento de la Iglesia). Ellos tiene un ministerio inspirado por la conversación de Jesús con la mujer samaritana en el Evangelio (Juan 4, 1-42).
“Una caridad pastoral renovada en formas innovadoras de ‘acompañamiento´, que van desde la formación de la espiritualidad conyugal a la participación inclusiva en la vida de la iglesia que lleva a la plena comunión”.
Y admite que este servicio “necesita promoción y promulgación” también por ministros ordenados.