A pocos días del inicio del Sínodo extraordinario sobre la Familia, convocado por el Papa Francisco, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Gerhard Ludwig Müller, señaló que solo Cristo y su amor pueden hacer más llevadera la cruz de la infidelidad o del fracaso matrimonial.
Al presidir ayer la Santa Misa en la Catedral de Córdoba (España), ciudad a donde ha llegado para dictar un curso sobre San Juan de Ávila, el Cardenal Gerhard Müller señaló que “podemos hablar mucho de Dios y, en el fondo, hacerlo sin fe. Podemos ‘deconstruir’ el Evangelio y la Tradición y rehacerlos a gusto del mundo actual, ‘facilitando’ sus exigencias y ‘acomodándolos’ a un hombre postmoderno frágil, superficial e inmaduro”.
“Si así fuera, si fuéramos privados de la ocasión de confrontar nuestras vidas con la Palabra divina, perderíamos también la ocasión de gozar la auténtica felicidad que trae Cristo, quien no viene a evitarnos las cruces de la vida, sino a hacer nuestro yugo más llevadero y a animarnos a hacer siempre la voluntad de Dios”.
La compañía del Señor, dijo, “la encontramos en un camino que conduce a la Pascua y no en un cristianismo de ‘rebajas’ y sin exigencias”.
“Solo Cristo y su amor son los únicos que pueden hacer más llevadera la Cruz de la enfermedad, de la pérdida del trabajo, de la soledad y viudedad, de la infidelidad o del fracaso matrimonial”.
Por otra parte, en su ponencia realizada este lunes 29 de septiembre, titulada “La presencia y la misión de la Iglesia en una sociedad pluralista”, con ocasión del Curso de formación sobre San Juan de Ávila, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe destacó la importancia de la defensa de la vida, la familia y la libertad religiosa.
“La familia debe ser firmemente defendida como el lugar y el ámbito donde cada hombre se llena de amor y crece como hombre en el que el esfuerzo, en su disposición al sacrificio”, dijo.
El Cardenal Müller subrayó además que “la dualidad entre hombre y mujer es necesaria para la constitución de un matrimonio y una familia, y ningún niño puede ser privado de su derecho natural a tener un padre y una madre”.
Citando la Encíclica Centessimus Annus de San Juan Pablo II, el Cardenal subrayó la defensa del “derecho a la vida, del que forma parte integrante el derecho del hijo a crecer bajo el corazón de la madre”.
La autoridad vaticana subrayó que “la promoción cristiana de los derechos del hombre es clara en lo que respecta a la información y a la construcción de una conciencia colectiva, en todo lo referido a las cuestiones de la inviolabilidad de la vida humana, tratando de influir sobre las regulaciones o leyes encaminadas a la defensa de la vida”.
Además, señaló, “la Iglesia representa la dignidad indispensable de cada hombre, como fundamento de toda vida en común de personas que tienen distintas creencias”.
“Sobre la base de la Ley natural, la Iglesia, en estrecha unión con otros grupos sociales, debe enfrentarse al Estado o a una determinada ideología totalitaria que quiera suprimir o eliminar la religión o la libertad de conciencia, tal y como el Concilio Vaticano II ha dejado claro en su Declaración sobre la libertad religiosa Dignitatis Humanae”, dijo.
El texto completo de la homilía y la conferencia del Cardenal Gerhard Müller puede leerlo pinchando AQUÍ