Daniel Arasa sabe mucho de familia. Lo sabe de primera mano, con sus 50 años de casado, sus 7 hijos, sus hermanos, cuñados... Y lo sabe como formador familiar, como periodista y como impulsor de asociaciones familiaristas, como el GEC de la Familia, la Plataforma para la Familia y CinemaNet, una ya veterana iniciativa sobre cine y valores.
Acaba de publicar un libro, A las 9 en la luna (Flah Ediciones) que empezó como una reflexión por sus 50 años de matrimonio, un regalo y homenaje para su esposa Mercè, pero pronto vio que se convertía en un compendio de ideas y experiencias sobre cómo formar un matrimonio y fortalecer una familia.
"La realidad es que mi mujer y yo somos muy distintos, casi como agua y aceite, pero llevamos 50 años juntos, y educando juntos a nuestros 7 hijos. Pienso que nuestra experiencia puede ayudar a otras personas", explica a ReL.
- "A las 9 en la luna" es un título peculiar...
- Imagínate, años 50, a un novio lo mandan a hacer servicio militar 3 años a Marruecos. Habla con su novia antes de partir y acuerdan que cada noche, a las 9, saldrán a ver la luna y pensarán uno en el otro. ¡Es bonito! Pero el subtítulo es "50 años de amor imperfecto". Empiezo narrando nuestra trayectoria familiar. Y luego veo que puede ayudar a muchos. Hablamos de amor, familia, virtudes, saber envejecer, educar... Incluimos criterios y ejemplos. Un criterio podría ser aprender a vivir con cierta sobriedad, educar contra los caprichos. Explico un truco como ejemplo: a los niños yo les preparaba bocadillitos muy pequeños para el colegio, apenas un tentempié. Así, a la hora de comer, tenían hambre y comían lo que les pusieran en la escuela.
- Con tanta experiencia, tendrá algunas ideas firmes sobre familia y educación...
- Sí. Por ejemplo, me he convencido de que es más importante fomentar el esfuerzo en el estudio que buscar meramente las notas. Que los colegios han de estar en sintonía con las virtudes que queremos transmitir los padres. Incluso deberían estar "en sincronía", es decir, que coincidan las fases en las que se enseñan según que cosas. Que los padres hemos de decidir lo que más queremos, y priorizarlo. Y he constatado las ventajas educativas de la familia numerosa: en ella, cada miembro, desde niño, entiende que no es el centro del mundo, crece en humildad. Nosotros tenemos 7 hijos, y un bebé que nació muerto. Y, por ahora, 4 nietos. Yo crecí con mis cinco hermanos, y mi mujer creció con 3 hermanos.
- ¿Cómo empezó a interesarse en temas de familia?
- Yo soy químico de formación y al principio trabajaba de perito industrial. Pero quería hacer algo más social y pensé que como periodista daría más fruto. Eso ya incluía interés por el tema de la familia. Después, en el colegio Xaloc, muy conocido en L'Hospitalet de Llobregat, me animaron a ser presidente de la asociación de padres en 1977. Y ya entonces hicimos muchas actividades de educación y familia. Fui luego profesor de orientación familiar. Y me volqué en el asociacionismo en 1993. Se acercaba el Año Internacional de la Familia, en la ONU, y creamos el GEC (Grupo de Entidades Catalanas) de la Familia. Había entidades muy distintas, de padres de enfermos, de familias numerosas, etc... Perseveramos. La asociación CinemaNet nació del GEC, primero como una rama sobre cine y valores en 1996, y desde 2003 como una asociación independiente. Y ya en 2013 el GEC dio origen a la actual Plataforma para la Familia Catalunya-ONU. Podríamos decir que son unos 40 años en el asociacionismo familiar.
- ¿Qué ha aprendido sobre asociacionismo? ¿Qué le diría a alguien que quiera fundar una asociación pro-familia?
- Hoy la sociedad está mucho más desvinculada que hace 30 o incluso 20 años. La gente en España es muy individualista, le cuesta asociarse y participar. Pero no hay que desanimarse. Creo que lo bueno es empezar con un primer equipo de personas realmente comprometidas. Encontrarlas ya cuesta bastante, pero es necesario. Además, tienes que delimitar muy claramente tus objetivos. No puedes hacer "de todo sobre la familia": has de concretar. Además, necesitas tener tus propios medios, contactos, recursos, porque las instituciones públicas te ayudarán poco o nada, te pueden incluso entorpecer y te van a ignorar en casi todo. Es bueno intentar conseguir algún mecenas que ayude con recursos.
- Parece un esfuerzo grande y una tarea complicada...
- Sí, pero creo que el esfuerzo vale la pena y que se verá en pocos años. En mi opinión, dentro de tan solo 10 o 12 años la sociedad española se dará cuenta de que el aumento de familias deterioradas es un daño, que la familia necesita ser fortalecida. Entonces se querrá actuar, y las asociaciones experimentadas que lleven años trabajando el tema podrán beneficiarse y aportar mucho.
- ¿Han mejorado las políticas de apoyo a la familia en España en este siglo XXI?
- No, casi nada. En España solo han mejorado algunas pequeñas ayudas, pero seguimos a la cola en la Unión Europea. Pero peor que la falta de ayudas es el entorno. No se reconoce la importancia de la familia. Incluso en la calle... una embarazada va con tres niños pequeños y en vez de admirarla se la mira con pena o incluso con hostilidad. Nuestros políticos no entienden aún que la falta de natalidad es un auténtico drama. Hace 30 años que España no supera los 1,4 hijos por mujer fértil. Si la familia no funciona, no tendrá hijos. Lo último ahora es que sale gente con argumentos pseudoecológicos a decir que tener hijos está mal, que va contra el medio ambiente. Ahí está el caso de esa concejal de Esquerra Republicana en San Cugat del Vallés, la ciudad más rica de Cataluña, una ciudad que aún tiene bastante natalidad, predicando que no se tengan hijos para así, dice, salvar el planeta.
- ¿Dónde estaba usted en mayo del 68?
- Festejaba con mi novia y trabajaba como químico. Y me faltaba un año para casarme. Veía algaradas estudiantiles en Barcelona, incluso participé en algunas.
"Prohibido prohibir", una pintada icónica en mayo del 68; contra toda autoridad...
pero también contra la estabilidad y el compromiso
- Pasado 50 años de mayo del 68 y la revolución sexual, ¿tenemos datos para decir que dañó a la familia?
- Hay países con datos muy claros, sobre efectos psicológicos, sociales... Ahora los psicólogos hablan de la falta de resiliencia, de adaptación ante la dificultad, de los niños criados en familias rotas. La víctima más importante de la ruptura son los niños. En Estados Unidos tienen estudiado que el 90% de los menores que pasan por los juzgados son de hogares sin padre.
- Hay gente que dice que tanta ruptura familiar no es mala, que es normal, "cosas de la vida"...
- La ruptura familiar tiene repercusión social. En España somos una sociedad con dinero y servicios y sin embargo la gente no es feliz. Es una sociedad sin niños, y los niños no tienen hermanos, ni primos ya. Aumenta la soledad: ¡en Inglaterra querían crear un Ministerio de la Soledad! La gente mayor que ya tuvo pocos hijos ahora no tiene quien les acompañe. Y los que tienen, han crecido como individualistas. Antoni Comas, que fue conseller en la Generalitat, contó en varias ocasiones que un día fue a visitar una residencia de ancianos y vio muchos familiares. Al principio se alegró, pero le dijeron: "Es que hoy es 26, y vienen los parientes porque el 25 cobra la pensión el abuelo, el resto del mes no aparecen".
- ¿Qué aconseja usted a los padres que hoy tratamos de educar a nuestros hijos en nuestras sociedades antifamilia, hedonistas, etc...?
- Aconsejo a los matrimonios que hagan cursos de orientación familiar, que están actualizados y son útiles. Incluso cursos cortos de 6 o 10 sesiones pueden ayudar mucho, no solo por lo que aprendes, sino por los contactos y amistades que haces con otros matrimonios. Puedes mantener esas amistades y solo eso ya es gran ayuda. También hay que asegurarse de ir a colegios en la misma línea que la familia. Y que hablen periódicamente con los profesores y tutores de los niños en el colegio, ir al unísono. Al final, para los hijos el mejor regalo es que vean que sus padres se quieren. Esa experiencia es la mejor ayuda en su vida.
- ¿Qué pueden hacer los abuelos?
- Los abuelos han de ayudar a sus hijos, pero sin interferir. Los abuelos no podemos marcar las líneas, la responsabilidad es de los padres. Pero en el tema concreto de educar en la fe, sabemos que muchos padres no dan formación cristiana a sus hijos pero aceptan que el abuelo sí la dé. Desde enseñar pequeñas oraciones al dormir o comer, o enseñar el Padrenuestro, explicar la Navidad, hablar de la Virgen, cosas muy sencillas. Los nietos a menudo se sentirán muy a gusto con los abuelos, y así el abuelo pude enseñar otras cosas sin grandes discursos: enseñar a ceder el asiento, enseñar valores... Los abuelos han de ser alegres, porque el viejo que sólo refunfuña no atrae. Los abuelos han de ser un pozo de ilusiones, experiencias. El nieto nota que el abuelo sugiere, mientras que el padre manda. Yo me he dedicado mucho a mis nietos, no con regalos, sino estando a disposición, ofreciendo tiempo y atención. Un abuelo puede ofrecer algo tan sencillo como escuchar.
- Muchos jóvenes cristianos pueden desanimarse al ver que sus primos, tíos, amigos, se divorcian o crecen en familias rotas...
- Los padres y abuelos tenemos que decir a nuestros jóvenes que construir la familia y la fidelidad es posible, y que además da felicidad. Si son jóvenes cristianos pueden apoyarse en Dios y en el ejemplo de las familias que sí funcionan. Hay que decir claro que el amor necesita combustible, hay que alimentarlo. Han de distinguir entre mero enamoramiento y amor. Hay que explicarles que el enamoramiento es un fuego, unas cosquillitas, que se va en poco tiempo; el amor en cambio es una entrega por el otro, con cabeza y corazón, toda la vida. Hay que enseñar a prevenir riesgos. Por ejemplo, no tomarse intimidades con personas del otro sexo que no son tu cónyuge, evitar intimidades que no corresponden. Por supuesto, nada de ir de vacaciones con alguien que no es tu cónyuge. Nada de "todos los días la acompaño a su casa". Acompañar en una emergencia, sí, pero no hacerlo hábito. Hay gente que no piensa en esto.
- ¿Tiene sentido hablar de crear ambientes “protegidos” para nuestros hijos?
- Sería deseable pero hoy en día es casi imposible. Es más importante darles muchos criterios y tener muy buena relación entre padres e hijos. Los entornos protegidos no bastarán. Es bueno ilusionarles para que los hijos cambien su entorno. Por supuesto, siempre será mejor que busque pareja en buenos ambientes.
- ¿Qué pueden hacer los clérigos por las familias?
- Hay clérigos que piensan en "sus jóvenes" pero no en las familias de los jóvenes. Les falta amplitud de visión. Podrían organizar cursos de orientación familiar en parroquias. Pueden mejorar los cursos prematrimoniales, que hoy son muy flojos. ¿Muchas parejas que vienen ya cohabitan? Bien, por eso necesitamos mejores cursos. Que gente experta en sexualidad y familia y educación vaya a hablar a las parroquias, a hablar a sus familias. Todo eso vinculará a las familias a la parroquia y les formará. Podrían mejorar además las homilías. A menudo son demasiado genéricas, dicen apenas "hay que amarse". Algunas homilías podrían profundizar en hablar de la vocación, la vocación matrimonial, la religiosa, ¡eso casi nunca lo he oído en homilías!