Gene Robinson, el primer obispo públicamente gay de la Iglesia Episcopaliana, cuya ordenación dividió profundamente a esta comunidad en 2003, ha anunciado que se divorcia de su pareja Mark Andrew, con quien ha estado conviviendo más de 25 años.
Robinson se convirtió en la referencia de los derechos del colectivo gay dentro de la su confesión religiosa. Su nombramiento produjo un desgarro en el interior de la iglesia Episcopaliana. De hecho trece obispos, con sus feligreses, se separaron de la iglesia oficial y formaron la Iglesia Anglicana de Norteamérica. Por su parte, los anglicanos de Asia y África se posicionaron públicamente en contra de la ruta que representaba Robinson. En Inglaterra y EE.UU. el ala más tradicional de la comunidad anglicana decidió integrarse en los ordinariatos creados en la Iglesia Católica para ex anglicanos.
Robinson había estado casado con una mujer con quien tuvo dos hijas. Después se divorció en 1986, declaró públicamente sus sentimientos homosexuales y se unió a Mark Andrew, comunicándolo a su grey.
En 2003 fue elegido obispo de New Hampshire, en medio de una gran polémica dentro de su iglesia. En 2008 se vinculó con su pareja en una unión civil, que se convirtió en matrimonio en 2010 cuando el estado de New Hampshire legalizó las bodas gays.
En 2010 anunció que en 2013 renunciaría a su cargo –como efectivamente hizo– . Y ahora, a los 66 años, llega el divorcio.
Desde que era sacerdote Robinson se distinguió por su activismo gay, propugnando la equiparación de las uniones homosexuales al matrimonio, en la ley civil y en su comunidad.
Robinson influyó para que los episcopalianos pasaran de admitir la homosexualidad a bendecir las uniones homosexuales y la ordenación de clérigos de esta tendencia, y finalmente nombrarlos obispos.
En un comentario en The Daily Beast, Robinson asegura: "Mi creencia en el matrimonio no se ve disminuida por el hecho de divorciarme de alguien a quien he amado durante mucho tiempo, y a quien continuaré queriendo incluso aunque nos separemos. El amor puede durar, aunque el matrimonio no dure”.