Lo dijo el Institute for Family Studies (IFS) en 2021 y se vuelve a confirmar ahora: "Las personas sin experiencia sexual que solo han mantenido relaciones con su cónyuge tienen tres veces más probabilidades de tener un matrimonio estable que personas con experiencia sexual".
Lo cierto es que suele haber una relación entre las parejas que deciden no mantener relaciones prematrimoniales y las que han recibido una educación religiosa, especialmente católica. Por eso tampoco sorprende que se esté demostrando empíricamente que "criarse en un ambiente de fe fomenta la estabilidad de las parejas, ya que las distancia de la convivencia premarital, que es muy inestable, y las empuja hacia el matrimonio directo".
El último de los estudios elaborados al respecto es el de The Wheatley Institute at Brigham Young University (EE.UU.), que ha entrevistado a una muestra de 3.750 personas en torno a la influencia de las relaciones prematrimoniales en sus matrimonios.
La investigación se produce en un contexto en el que la opinión acerca de convivir antes del matrimonio -o directamente no casarse- se generaliza frente a la de renunciar a ello antes del sacramento.
El dato frente al mito
El estudio enfrenta conocidos clichés como el de "es mejor conocerse antes de casarse" o el de "vivir la vida" antes de que llegue "lo serio", pero parece ser que estos argumentos no le aguantan un pulso a las cifras.
Según el Wheatley Institute, los hombres y mujeres casados que solo han mantenido relaciones sexuales con su cónyuge tienen casi un 45% de probabilidades de declarar un nivel muy alto de estabilidad en su matrimonio en comparación con quienes han tenido entre 5 y 9 parejas sexuales a lo largo de su vida. Si estas ascienden a 10 o más, el porcentaje se reduce al 14%.
El informe concluye también que entre el 10% y el 20% de los adultos casados declaran que sólo han mantenido relaciones sexuales con su cónyuge. Estas personas tenían, además, el doble de probabilidades de declararse muy satisfechas con su matrimonio y casi el triple de probabilidades de afirmar que no se planteaban poner fin a su matrimonio.
"Nuestro estudio confirma lo que otros han venido constatando en los últimos años y es que las personas sexualmente inexpertas tienen entre dos y tres veces más probabilidades de contraer un matrimonio estable", afirma el doctor Brian J. Willoughby, miembro del Wheatley Institute y coautor del informe.
"Parece que la exclusividad sexual entre los cónyuges -continua-proporciona una base infravalorada para la intimidad del matrimonio y ayuda a crear una relación mutuamente satisfactoria basada en la intimidad emocional y la comunicación sana".
Para Jason S. Carroll, director asociado del Wheatley Institute y coautor del informe, "aunque este estudio proporciona algunas advertencias crudas sobre los mitos en nuestra cultura moderna de citas, también da esperanzas a quienes se arrepienten de sus decisiones sexuales anteriores y quieren cambiar el curso de sus futuros resultados matrimoniales".