El aborto químico que se realiza a través de píldoras como la RU-486 es promocionado por los defensores del aborto, por organismos oficiales y agencias internacionales provocando que millones de mujeres de todo el mundo hayan tomado estas píldoras abortivas, pese a las advertencias sobre los graves efectos secundarios que pueden provocar en las que las utilizan.
Además, no había constancia sobre alguna investigación clínica anterior haciendo pruebas en animales antes de comercializarla entre seres humanos. Ahora, un estudio de dos universidades sí que ha hecho este ensayo clínico en animales y ha llegado a la conclusión de que las píldoras abortivas como la RU-486 producen “cambios biológicos y de comportamiento negativos significativos” en roedores. Esto incluye signos de ansiedad y depresión, datos muy diferentes de cuándo se producen abortos naturales en estos roedores.
Una "clara angustia"
El estudio ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Steubenville (EEUU) y de la Universidad de San Sebastián (Chile) y ha sido publicado en la revista Frontiers in Neuroscience. En la investigación expusieron a estos animales a un combo de las sustancias que se utilizan en estas píldoras como la mifepristona y el misotropol midiendo posteriormente los cambios biológicos y bioquímicos en los animales, para controlar su comportamiento posterior.
Según explica Stephen Sammut, profesor de la Universidad de Steubenville y coautor del estudio, al National Catholic Register, "los hallazgos más importantes de esta investigación son la clara angustia que se observó, junto con el comportamiento similar a la ansiedad y la depresión solo en las roedores que se sometieron al aborto usando la mifepristona y el misoprostol".
Además, tales medidas biológicas y bioquímicas sugirieron que el aborto químico privó a los animales de los efectos beneficiosos para la salud que ocurren naturalmente cuando el embarazo se lleva a término. El estudio también señaló que los efectos perjudiciales del aborto inducido por estas sustancias eran de naturaleza diferente a los del aborto espontáneo natural.
"Efectos similares en los humanos"
"Dado el papel de los estudios en animales al darnos una idea de cómo funciona nuestro propio cerebro y cuerpo, estos hallazgos parecen indicar que este tipo de aborto podría tener efectos similares en los humanos", indicó Sammut.
Las píldoras RU-486 contienen mifepristona, que mata al feto al interferir con las hormonas de la madre, y el misoprostol, que induce fuertes contracciones uterinas que hacen que la mujer expulse a su bebé. Esta última puede causar sangrado muy abundante, calambres severos, náuseas, vómitos y mareos que los pacientes describen como similar a un aborto espontáneo temprano, pero algunas mujeres que se han sometido al procedimiento lo consideran mucho peor.
Efectos sobre la salud mental
Durante décadas, los estudios han relacionado el aborto con un mayor riesgo de trastornos del estado de ánimo, incluida la depresión y la ansiedad, el abuso de sustancias y el suicidio, evidencias negadas por los defensores del aborto, quienes afirman que las mujeres que abortan son simplemente más propensas a tener enfermedades mentales antes de su aborto .
Pero este debate sobre la causa raíz de tales comportamientos fue lo que llevó a Sammut a realizar este estudio. Con experiencia en investigaciones de este tipo con ensayos clínicos en roedores, Sammut estaba especialmente preparado para emprender el estudio, lo que consideraba vital, ya que aproximadamente el 20% de los embarazos en los Estados Unidos terminan en aborto.
Falta de información a nivel preclínico en animales
"Dados los argumentos conflictivos relacionados con la depresión después del aborto a nivel humano, me desconcertó la ausencia de información básica a nivel preclínico en animales", dijo Sammut.
Sorprendentemente, los defensores de los derechos al aborto han estado prácticamente en silencio al pedir pruebas que puedan determinar los riesgos psicológicos que las sustancias que alteran las hormonas en la RU-486 podrían representar para las mujeres. "Necesitamos tener una mejor comprensión de lo que le está sucediendo a la madre embarazada que recibe estos medicamentos para interrumpir un embarazo viable", añadió Sammut.