Y cuando el pueblo ha podido hablar, ha sido rotundo: es la unión entre un hombre y una mujer.
Las élites políticas en Francia, Portugal, España, Inglaterra y otros países europeos han redefinido el matrimonio, una institución previa a parlamentos y partidos, sin consultar a sus pueblos. Ninguno de estos países planteó un referéndum para redefinir el matrimonio e incorporar como tal las uniones del mismo sexo.
El caso de España es pionero: lo impuso el gobierno socialista de Zapatero y lo ha consolidado el gobierno del PP, sin consulta ciudadana alguna.
Por eso el caso de Croacia escandaliza a muchos... empezando por el primer ministro croata, el socialista Zoran Milanovic, que lamentaba que el pueblo hubiera podido expresarse en un referéndum, que por supuesto, no convocó él: lo convocaron los propios ciudadanos croatas al reunir 740.000 firmas en un país de 4,3 millones de personas.
El primer ministro socialista se mostraba compungido ante la prensa por el entusiasmo participativo de su pueblo: "lamentablemente no ha podido evitarse el referendo sobre el matrimonio, por más triste que eso suene", cita sus palabras agencia Efe.
De hecho, lo que se ha votado en este histórico domingo 1 de diciembre no era una mera consulta: era una modificación en la Constitución del país para que quede claro que el matrimonio es la unión entre hombre y mujer, y no otras combinaciones.
La reforma constitucional para reforzar el matrimonio real contó con el apoyo de 2 de cada 3 votantes: con todo el voto escrutado, un 65,9% apoyaban el matrimonio como unión hombre mujer, mientras que sólo un 33,5% estaba en contra de la definición tradicional. Hubo sólo un 0,6% de votos nulos.
Lo cierto es que según la ley croata bastaba con una mayoría simple para cambiar la Constitución: la mayoría de dos tercios es rotunda y tumbativa.
Además, la opción por el matrimonio natural ganó en 20 de los 22 distritos electorales. Las únicas dos zonas donde la redefinición del matrimonio tiene apoyos es en la península de Ístria (zona turística junto a Italia) y en Primorje-Gorski Kotar. Ni siquiera en la capital y sus alrededores hay un apoyo fuerte al matrimonio redefinido.
Desde el 28 de de julio, Croacia es miembro pleno de la Unión Europea... el primero de la UE en permitir votar a sus ciudadanos sobre qué debe ser el matrimonio.
La coalición pro-familia llamada "En el nombre de la familia" (U Ime Obitelji) habló de "un festival de la democracia", la clara expresión del pueblo y la participación ciudadana. En el sitio de Facebook de U Ime Obitelji, cuando no habían pasado ni 24 horas desde el cierre de los colegios electorales, ya había más de 6.500 mensajes de felicitación llegados de toda Europa, también en inglés, polaco, italiano, francés y español.
El cardenal de Zagreb, Josip Bozanic, había hecho campaña con las entidades pro-familia recordando elementos clave como que el matrimonio es una unión especial que favorece la procreación y la educación equilibrada de los niños.
La prensa occidental aún está digiriendo el resultado. La agencia Efe en la nota que manda a todos los medios escribe que la reforma constitucional "confirma que sólo los heterosexuales pueden casarse".
Es falso: cualquier persona adulta, tenga o no sentimientos de atracción hacia su mismo sexo puede casarse... pero con personas del otro sexo (y hay otros impedimentos: sólo puede haber un cónyuge, de edad adulta, que haya consentido, etc... todas las leyes sobre matrimonios establecen límites).
Según Efe, el Gobierno socialista de Croacia ha llegado a calificar "de homófoba la celebración de esta consulta", en la que el pueblo libremente ha decidido que el matrimonio sea lo que siempre ha sido y que no lo cambien unas élites desde sus despachos.