Mario Iceta, obispo de Bilbao y presidente de la subcomisión episcopal para la familia y la defensa de la vida, bautizó el pasado sábado a 17 niños salvados del aborto en los últimos meses por los Rescatadores Juan Pablo II y Más Futuro. El acto, que realiza periódicamente la asociación, tendrá su continuación con el bautizo de otros cuatro recién nacidos en cuanto reciban el alta hospitalaria.
Todas las madres se sienten "muy felices" de haber pasado de "intentar que no nazca" su hijo a "entrar en la Casa de Dios", explican desde Rescatadores, pero aunque "casi ninguna madre quiere recordar ese día" y "les cuesta hablar", algunas de ellas si dejaron constancia de su testimonio, que relata la presidenta de Más Futuro, Marta Velarde Mayol.
El obispo, junto con las madres, los hijos y los padrinos del bautizo.
Como Carmen, española con dos hijos, quien acudió al abortorio El Bosque para matar al tercero. Este sábado fue la primera en llegar al bautizo, cuando ni el templo estaba abierto. "Un frío día de abril nos la encontramos cuando bajaba la cuesta para entrar para abortar. Estábamos muy lejos del abortorio cuando la vimos. Nerviosa, muy delgada, y con mucha prisa. Pero Dios quiso que se parara, y milagrosamente nos escuchó. Poco a poco se fue calmando. Pasó muchísimo tiempo, y nos dio un abrazo. No se soltaba. La acompañamos al metro. Ha tardado mucho en bautizar a sus hijos. No tiene ninguna base religiosa en su educación. Pero ha recorrido todas las semanas una hora de viaje durante meses. Ha cambiado tanto que se hace difícil reconocerla. Está muy ilusionada con retomar los estudios".
Una de las niñas bautizadas es Luna, recién nacida, hija de Inés: "En realidad se llama Luna Victoria. Porque esa niña es una victoria. Es la acción directa de Dios. Como ella dice: 'Sin Él no sé qué hubiera hecho'". Cuando se quedó embarazada, el padre de la niña la coaccionaba para que abortara y ese maltrato anuló sus principios: estaba dispuesta a hacerlo. Pero le hicieron llegar el teléfono de Más Futuro: "Era la seguridad que necesitaba para poder salir adelante. La primera mujer con la que habló es la madrina de su niña. Unos días antes del bautizo nos comentó: '¡Cuando lo pienso...! No paro en darle gracias a Dios. Me he reconciliado con Él y con todo mi entorno'".
En el caso de Génesis, el bautizado es su segundo hijo. Cuando se quedó embarazada estaba en una mala situación económica. Su marido y ella estaban endeudados. "Los dos son muy jóvenes, todo se le venía encima", explica Marta: "Se encontró a Amalia, la que es madrina de sus dos hijos en las cercanías del abortorio Dator de Madrid. Ella se acercó a Génesis". Era domingo y aceptó charlar con ellos en la asociación junto a Javier, su marido, quien "salió muy emocionado": "A ella el agobio no la dejaba pensar. Pero poco a poco las cosas les están saliendo bien. Un trabajo fijo y muchas horas, pero saben que están haciendo las cosas bien. Les hace muy felices casarse por la Iglesia. En el bautizo no paraban de sonreír los dos".
Monseñor Iceta, con varios Rescatadores Juan Pablo II.
Por último, Sofía. Comprendió que estaba embarazada cuando estaba de seis meses. No había cumplido aún 16 años. Su novio era compañero de clase, que en ningún momento la apoyó para tener a su hijo. Llamaron al abortorio El Bosque y les dieron cita para abortar. Su madre pensó buscar más información y de casualidad llamaron a muchos teléfonos, entre ellos a Más Futuro. "Desde ese día la asociación me dio clases porque iba fatal en los estudios", cuenta Sofía. También la enseñaron a cuidar a su hijo. Ahora el pequeño ha cumplido 17 meses. Quiere muchísimo al profesor que le ha dado clase en la asociación: "Hoy puede decir que quiere tanto a su hijo que es su motor. Hace un mes hizo la comunión y la confirmación en la misma parroquia, y su padrino es su profesor".
Al final de la ceremonia, José Antonio, uno de los rescatadores que más bebés ha rescatado, le dio un premio a monseñor Iceta, delegado de Familia y Vida. Y se hizo entrega de un premio póstumo a Luis Ulecia, empresario firmemente comprometido en la defensa del no nacido, galardón que recogió su hijo, también rescatador.