El Presidente de la Comisión Episcopal de Familia, Infancia y Defensa de la Vida de Perú, Mons. José Antonio Eguren, señaló que la Santa Sede no ha cambiado su posición sobre la píldora del día siguiente debido a su potencial efecto abortivo, aclarando de esta manera la "solitaria y sorpresiva" declaración de los obispos alemanes que autorizaron su uso en hospitales católicos de Alemania para las mujeres víctimas de una violación.
El también Arzobispo de Piura y Tumbes (Perú), recordó que en su comunicado el Episcopado alemán se refirió a "la disponibilidad de nuevos preparados con principios activos alterados" de la píldora del día siguiente que carecen de efecto abortivo. Sin embargo, "no ha señalado en qué consisten estas alteraciones ni qué nuevos estudios científicos avalan dicha afirmación".
En sentido, recordó que hasta "el día de hoy los fabricantes más serios de este fármaco reconocen que la PDS o AOE tiene tres posibles mecanismos de acción: prevenir la ovulación, interferir con la movilidad del esperma y evitar la implantación del embrión. Este último, impedir la implantación o anidación en el útero materno del embrión (es decir de un nuevo ser humano), es un aborto".
"También la Federal Drug Administration (FDA), la institución de control de medicinas y fármacos que establece los estándares para los Estados Unidos de América y en consecuencia, para el resto del mundo, reconoce hasta el día de hoy el potencial efecto abortivo de la PDS o AOE", añadió.
"Por tanto –afirmó-, no se conoce una ‘píldora del día siguiente’ cuyo potencial efecto abortivo sea unánimemente descartado por la comunidad científica internacional y menos de su comercialización como tal. En consecuencia, bajo esas circunstancias y hasta el momento, su uso es siempre inmoral también en caso de violación".
Mons. Eguren indicó que "si en el futuro se desarrollase una PDS o AOE que reúna las características que permitan la moralidad de su uso tras una violación, será la Santa Sede quien lo comunicará, cosa que no ha ocurrido hasta la fecha".
El Arzobispo dijo que en el caso de Perú, la píldora está prohibida debido a que "no se ha demostrado la inexistencia del efecto abortivo" y la ley peruana "protege al embrión, es decir al Niño por nacer desde su concepción".
"Ante la consulta de si es moral administrar a la mujer, tras la violación una ‘píldora del día siguiente’ que evite la fecundación, es decir que evite que los espermatozoides del injusto agresor (el violador) alcancen los óvulos de la víctima, la respuesta es sencilla: Sí, siempre y cuando no exista riesgo de que ese mismo fármaco provoque un aborto si la fecundación ya se hubiera producido", explicó.
Sin embargo, aclaró que "si bien los esposos no deben utilizar la anticoncepción para regular la natalidad, pues es un medio moralmente reprobable, esta norma moral, que no ha cambiado ni puede cambiar, no es de aplicación en una violación. La violación es un acto inhumano y gravemente injusto y por tanto, a este caso son de aplicación los principios morales de la legítima defensa."
Mons. Eguren dijo que si bien es lícito intentar evitar la fecundación producto de una violación con medios también lícitos, cuando la fecundación se ha dado "nos encontramos ante un nuevo ser humano" cuya vida debe ser protegida.
"Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral (…). Nunca es legítimo matar al hijo concebido, tampoco en las condenables y brutales circunstancias de una violación", señaló.
"Los abrumadores casos de mujeres que fueron víctimas de una violación y que quedaron embarazadas y que sabia y valientemente eligieron mantener la vida de su hijo, testimonia que dicha decisión es la que realmente triunfa sobre la violación, ya que es la elección del bien sobre el mal y el triunfo del amor sobre la violencia", finalizó.
El texto completo se encuentra en http://www.arzobispadodepiura.org/content/view/1752/1/