La historia de Jason y Marie Taylor tiene el impacto de la sencillez y de la verdad. No hay alardes, no hay aspavientos. Se casaron el 26 de mayo de 2012. Querían formar una familia y apenas un mes después del enlace la joven quedó en estado.
¡De trillizos! En embarazo natural, algo poco frecuente. Para ellos nada cambiaba. Simplemente multiplicaron por tres la alegría y también las cunas con las que acondicionaron su hogar. Incluso se hicieron la típica serie de fotos en el mismo rincón de la casa donde se iba notando la evolución de la barriga materna.
Esperaban a sus tres pequeños para principios de 2013, pero ellos tenían otros planes y se presentaron el 15 de noviembre, con 22 semanas, menos de seis meses.
Hubo tiempo de identificarlos con la inconfundible planta del pie. Dos chicas y un chico: Bernadette Mae (6:51 h, 440 g), Adam Joseph (7:41 h, 450 g) y Christine Victoria (7:54 h, 360 g) fueron sus nombres.
"En su corta estancia entre nosotros", dicen sus padres en el vídeo que les han dedicado, "fueron bautizados, fueron amados, fueron acariciados. Y nos sentimos bendecidos por haberlos tenido con nosotros".
Cuatro horas después murieron. Habían nacido con buena salud... pero demasiado prematuros para sobrevivir.
"Desde el momento de su concepción estos niños fueron amados. Estos niños fueron queridos", concluyen Jason y Marie: "Queridos Bernadette, Adam y Christine... os queremos. Nunca os olvidaremos".