La ley de matrimonio homosexual permitirá a los templos religiosos llevar a cabo estas ceremonias, aunque no estarán obligadas a hacerlo
Los templos religiosos (iglesias, mezquitas, sinagogas...)podrán acoger bodas gays bajo la legislación del matrimonio homosexual que prepara el Gobierno británico y que será presentada la próxima semana.
El primer ministro David Cameron respalda la propuesta, que puede llevarle a enfrentamientos con los parlamentarios más conservadores, así como con la Iglesia Anglicana y la Católica, según informa este viernes el diario británico The Guardian.
Cameron apoya este compromiso a través de lo que se conoce como cláusula permisiva que permite que los matrimonios homosexuales se celebren lugares de culto, pero no obliga a las organizaciones religiosas a celebrarlos.
«Soy un gran defensor del matrimonio y no quiero que las personas gays sean excluidas de esta gran institución. Pero seré claro, si no hay ninguna iglesia o sinagoga o mezquita que quiera celebrar una boda homosexual no lo harán, de ninguna manera se verán forzadas a hacerlo», aclaró Cameron, que aseguró que esta cuestión está absolutamente clara en la legislación. «La votación de los miembros del parlamento será libre, pero yo personalmente lo apoyaré», añadió el primer ministro.
El viceprimer ministro y líder del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg, apoyó también la normativa y destacó que «es el momento de permitir a cualquier pareja, no importa la que sea, que se case si es lo que ellos quieren».
Las organizaciones de defensa de los derechos homosexuales, como Out4Marriage, también celebraron la medida que permitirá a las iglesias «decidir libremente si quieren permitir que las parejas gays se casen o no». De todos modos, otros aún ven algunas lagunas en la propuesta, como el activista Peter Tatchell, quien lamentó que la ley no contemple las uniones civiles entre parejas heterosexuales.
A pesar del rechazo de la Iglesia anglicana y la católica a esta ley, otros grupos religiosos presentes en el Reino Unido como los judíos liberales, los unitaristas o los cuáqueros recibieron con satisfacción el anuncio. Sin embargo, algunos miembros del Partido Conservador, así como defensores del matrimonio «tradicional», criticaron la legislación, como el diputado Stewart Jackson, que calificó al primer ministro de «arrogante» por incluir esta cláusula en su propuesta.
Colin Hart, director de la campaña «Coalition for Marriage» (Coalición por el Matrimonio), señaló que la decisión de abrir la puerta a las bodas religiosas entre homosexuales es «una proposición profundamente antidemocrática para reescribir el sentido tradicional del matrimonio» y la calificó de «decepcionante».