A juzgar por las declaraciones del martes de Carlos Morín y de este miércoles de sus colaboradores Ramón Tanda y Antonio Reñe, en esas clínicas nadie ejecutó los abortos de los que se tiene constancia, y alguien firmaba y sellaba los documentos en nombre de los médicos.

En la tercera sesión del procedimiento penal contra el doctor Morín y sus 11 colaboradores declararon los doctores Tanda y Reñe, ambos cirujanos. Los dos han seguido una estrategia similar a la que ayer siguieron el Morín y se esposa, negándose a responder a las preguntas de la acusación particular, con la novedad de que sí lo han hecho a las preguntas del Ministerio Fiscal y del Colegio de Médicos de Barcelona.

Estos dos cirujanos niegan que los documentos firmados presuntamente por ellos y con su sello profesional los hubiesen firmado ellos. También niegan participación en los postoperatorios, a pesar de que los documentos correspondientes llevan sus firmas. Tampoco saben quién rellenaba y firmaba el libro de quirófano, también con sus firmas y sellos, pero que ellos niegan haber rellenado personalmente.

Del mismo modo se revelaron contradicciones entre el testimonio de los médicos, que afirman que los abortos se llevaban a cabo con meticulosidad, y los testigos, que en sus declaraciones afirman todo lo contrario: procesos rápidos, sin control, y muchas veces sin valoración médica en el centro.