Religión en Libertad ha entrevistado a Miguel Ángel Ruano Contreras, autor de “Aborto: yo también fui cómplice”. Un libro que relata la cruda realidad del aborto y sus consecuencias, lo que le diferencia de muchos libros que tratan sobre el mismo tema.
Éste libro indaga en los procesos y datos sobre el aborto en España y en el mundo. Además, en él aparecen casos reales de gente que ha pasado por abortorios y su experiencia. Terminando por desvelar algunos aspectos sobre el aborto que son poco conocidos en la sociedad.
- Genocidio, holocausto, masacre... Llámelo como quiera pero no olvide que se trata de una matanza masiva de hijos pedida por sus madres, con la inhibición o bajo la presión de sus padres, ejecutada por médicos y permitida y alentada por el Poder de un estado que ya no es de Derecho. El aborto es un fracaso, un rotundo fracaso, de la mujer, del hombre, de la medicina y del estado.
- Dos cosas: 1. Que la libertad de alguien esté por encima de la vida de otro, y eso sea admitido por la ley. ¿Qué diferencia hay con el terrorismo o con el maltrato? Matar nunca puede ser un derecho.
2. La consecuencia más directa del aborto sobre la mujer, que la ha sometido a la sexualidad más impulsiva del macho, convirtiéndola en su trofeo. Ella es la que le hace el trabajo sucio y él sólo la disfruta.
- Como dije antes, viendo la realidad se hace evidente en qué consiste el aborto. Por eso es todo tan oculto y silencioso. Pruebe a buscar información en internet... Mientras que cualquiera encuentra cientos de páginas con cualquier motivo por simple que sea, hay que rastrear mucho para encontrarla sobre los métodos del aborto provocado.
- Desgraciadamente, nada en la Iglesia parroquial es reflejo de las palabras del Papa Juan Pablo II en su encíclica Evangelium Vitae: “... La gravedad moral del aborto procurado se manifiesta en toda su verdad si se reconoce que se trata de un homicidio”.
Si los católicos creyéramos de verdad esto, empezando por los sacerdotes y terminando por el último de los feligreses, sería insufrible soportar 400 homicidios diarios a nuestro alrededor y seguir yendo a nuestras cosas como si nada pasase, contribuyendo al sostenimiento de un estado criminal. Por eso lo mejor es callar y olvidar: De lo que no se habla, no existe. Todos los domingos escuchamos en la Misa peticiones por los parados, los enfermos, los turistas que nos visitan, los gobernantes, un difunto del pueblo,... ¿Ha oído usted pedir por los pequeños prójimos que no han llegado a tener nombre, matados en las barrigas de sus madres en esa semana?
- No es una cuestión de convencimiento, sino de información. Viendo las manos, los pies y el resto de los despojos de un aborto se hace evidente e indiscutible una realidad: Un nuevo ser humano vivía y crecía dentro de su madre por sí mismo, y para detener esa vida autónoma ha habido que matarlo.
- Las mujeres que se procuran un aborto pretenden un modo imposible de ser igual al hombre, porque para desentenderse del fruto de una relación, la mujer tiene que matar a su hijo. El hombre, no.
- Sólo hay una razón que hace que el aborto sea un crimen: Se mata a un inocente por una cuestión de conveniencia. Cada uno elige de qué lado está.
- Y aunque se mantenga, ¿seguiremos sin hacer nada?
- Como bien decía Edmund Burke (escritor y político inglés del siglo XVIII) "para que el mal triunfe sólo hace falta que los hombres buenos callen".
- Es su vida, del feto, respétala. No tiene culpa de lo que tú hayas hecho.
- Abrirles los ojos a la verdad del aborto y a las verdaderas motivaciones de quienes lo defienden.