El matrimonio gay en Estados Unidos siempre ha sido derrotado en las urnas. En las 32 ocasiones en que se ha votado el tema en referendos o consultas populares, el pueblo siempre ha preferido votar por la protección del matrimonio natural hombre-mujer. Hay matrimonio gay en 7 estados norteamericanos: Nueva York, Connecticut, Massachusetts, New Hampshire, Vermont, Maryland y Washington. En ninguno se decidió por votación popular: lo impusieron tribunales o administraciones políticas que a menudo ni siquiera lo habían anunciado en sus programas.
Por eso la batalla actual en Washington es clave para el lobby del homosexualismo político: necesitan ganar alguna vez en las urnas.
El matrimonio gay en el estado de Washington fue impuesto en febrero por la gobernadora Chris Gregoire. Debía entrar en vigor el 7 de junio, pero los ciudadanos actuaron antes: recogieron firmas para convocar un referendum. Se necesitaban 120.000 firmas de votantes registrados. Lograron 240.000. Convocado el llamado "Referendum 74", la normativa quedaba en suspenso hasta que se vote (no como en España, que una ley de constitucionalidad dudosa, con el voto en contra del senado, lleva aplicándose 7 años y donde no hay mecanismos de referendos como los americanos que permitan su suspensión por voluntad popular).
Los dos bandos han empezado su recogida de fondos para comprar, sobre todo, anuncios de televisión. El estado de Washington es una de las zonas menos conservadoras de Estados Unidos, pero los promotores del matrimonio gay confían sobre todo en sus poderosos donantes.
Esta semana dos de ellos anunciaron su voluntad de redefinir el matrimonio, con dinero. Bill Gates, el fundador de Microsoft, y Steve Ballmer, el actual CEO de la empresa, aportaron cada uno 100.000 dólares, que se añaden al millón y medio ya recaudado por el lobby del homosexualismo político. Otras empresas que se han manifestado a favor de redefinir el matrimonio para incluir uniones del mismo sexo son la marca deportiva Nike y los cafés de lujo Starbucks.
La coalición en defensa del matrimonio natural, Preserve Marriage Washington, por el momento sólo ha recaudado 1,3 millones de dólares, la mayoría a través de comunidades religiosas de distintas denominaciones.
La "batalla del estado de Washington" es especialmente importante porque hay otros dos campos de batalla a la vista: en Maine los políticos implantaron el matrimonio gay, pero hace tres años un referendum popular lo eliminó. Ahora vuelven a convocarles a las urnas con este tema. En Minnesota la cuestión es más seria: hay una propuesta de cambiar la constitución estatal para prohibir el matrimonio del mismo sexo (algo que ha triunfado en muchos estados ya) y los votantes podrán decidir sobre ello.
En el pasado de Bill Gates, según recuerda The Christian Post, hay un trauma que consolida su alineación con el lobby gay: el suicidio de su amigo, homosexual y exitoso millonario, Ric Weiland, cofundador de Microsoft.
Weiland fue uno de los primeros 5 empleados de Microsoft. Ganó muchísimo dinero con la compañía. Pero el dinero y toda la libertad que puede comprar un homosexual rico en un país libre del siglo XXI no le protegió de la depresión, que le aquejó durante muchos años. En 2006, se suicidó. Pero antes dejó 65 millones de dólares a organizaciones del homosexualismo político. Es parte del dinero que financia los inacabables referendos en Estados Unidos, perdidos por el lobby gay, hasta ahora, uno tras otro.
[Vea aquí, en español, la lista de cada referendo por Estado]