En el reciente Congreso Mundial de Familias de Madrid encontramos a Vicky Thorn, fundadora en EEUU del Proyecto Raquel (en España, www.proyecto-raquel.com ), una de las pioneras que a principios de los años 70 empezó a tratar con mujeres que habían abortado, cuando aún era una práctica ilegal en Estados Unidos. Ella constató el sufrimiento de aquellas mujeres.
Hoy Vicky también es una de las primeras en hablar del dolor del varón después de un aborto de su pareja o de un familiar. En EEUU ya se ha acabado con la vida de 40 millones de niños antes de nacer, y las secuelas del aborto se acumulan en un número incalculable de hombres y mujeres.
Las consecuencias del aborto en los hombres son todavía, dice Vicky, “un tema tabú, porque aún se piensa que el aborto es un asunto sólo de mujeres”.
Los hombres que han llegado hasta ella han pasado por la ira, la rabia, la frustración, el sufrimiento profundo, el arrepentimiento y la tristeza. Les cuesta aceptar “que han mirado para otro lado” y, cuando lo han aceptado, portan una una pesada mochila de dolor acumulado.
Vicky describe, por un lado, la reacción del hombre que, al tener hijos, se vuelve sobreprotector y vive en constante angustia por que les suceda algo a sus hijos.
Por otro lado, ha encontrado a hombres que han pasado por un infierno de alcohol, drogas, adicciones sexuales y autodestrucción.
Muchos sienten especialmente vergüenza por haber dejado que les arrebataran a su hijo “ya que muchos de estos hombres querían ser padres pero su entorno les presionó para que permitieran que ella eligiera. Todos ellos necesitan ser curados, necesitan un abrazo y alguien con quien hablar de lo que les sucede”. Así, se reconcilian consigo mismos y encuentran una cura.
Como en tantos temas ligados al aborto, falta mucha investigación, pero hace ya mucho que se cuenta con algunas cifras para entender cuántos hombres pueden estar afectados. El 19 de marzo de 1998, en el artículo de Los Angeles Times "Many in Survey Who Had Abortion Cite Guilt Feelings,", a partir de 70 varones localizados al azar, por teléfono, que reconocían haber engendrado un hijo abortado, dos tercios admitían sentirse culpables, y un tercio, arrepentimiento.
En la web en inglés de Proyecto Raquel hay una sección dedicada al luto de los hombres implicados en abortos (http://www.rachelsvineyard.org/men/) y un libro sobre el tema (Forbidden Grief, “Pesar prohibido”) de Theresa Burke.