En el Congreso, los diputados elegidos por los votantes aprobaron este jueves la reforma de la ley del aborto en España, que facilita aún más esta práctica, que se paga con dinero de todos los españoles y mata unos 90.000 o 100.000 bebés al año.
Las chicas de 16 años pueden abortar sin permiso de sus padres, se eliminan los 3 días de reflexión y se ponen algunas trabas a la objeción de conciencia de médicos y sanitarios.
La nueva normativa logró 185 votos a favor, 154 en contra (de PP, Vox, Unión del Pueblo Navarro) y 3 abstenciones de diputados del PdeCat.
El cardenal Omella en dos tuits
El cardenal Juan José Omella, presidente de los obispos españoles, reaccionó en Twitter este viernes. Señaló dos incongruencias: que se defienda a un bebé ya nacido, pero no antes de nacer, y que se defienda legalmente huevos de águila pero no al ser humano en su fase prenatal.
"Qué incongruencia cuando se escandalizan porque se abandona a un bebé de 10 meses (9 en el vientre de su madre). No se immutan si es martirizado con menos de 9 meses, dentro de su madre. Pero si nace con 5 meses exigen luchar por salvarlo. ¡Y prohíben romper un huevo de águila!", exclama el arzobispo en su comentario en las redes sociales.
Y el día antes había publicado en Twitter: "El aborto se consolida como un derecho en España mientras nuestros gobernantes no abordan los verdaderos y urgentes problemas sociales: 13 millones de españoles en situación de exclusión social y una de las más bajas tasas de natalidad de la UE. Oremos por nuestros gobernantes".
El arzobispo de Pamplona: como "los campos de exterminio del siglo XX"
El arzobispo Francisco Pérez, uno de los pocos obispos españoles que ha acudido a actos de oración ante una clínica abortista, ha dedicado su última carta pastoral al aborto.
"Os hablo por algo que me duele profundamente y que hiere el Corazón de Dios en nuestra sociedad: el aborto provocado. Por racionalidad, por humanidad, por sentido ético y moral, no es legítimo matar. En las entrañas de la ley natural está el quinto mandamiento: No matarás", recuerda.
"No se puede incluir, como signo e identidad de la modernidad algo que siempre ha caracterizado la barbarie. Las generaciones futuras nos juzgarán como lo hacemos nosotros con los campos de exterminio del siglo XX. Nada que disminuya la dignidad de los seres humanos puede tener garantía de futuro. El termómetro que mide la grandeza de una civilización se fija en los grados de amor y de respeto a la vida. Atender a la madre y a su hijo, es la maravillosa modernidad, que tiene como sagrada la vida desde los inicios de la misma", insiste.
"Matar nunca es la solución. Siempre existen modos humanos para superar las adversidades; pero nunca la solución es matar. El Catecismo de la Iglesia Católica así lo afirma: “Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley de Dios y a la ley moral en definitiva” (CEC 2271). Recemos intensamente para que se conviertan los corazones y no se cometa tal atrocidad de justificar este gran mal", finaliza su carta pastoral.
Jesús Fernández, obispo de Astorga: "El más sucio de los negocios"
El obispo de Astorga (León), Jesús Fernández, asombra por su claridad, contundencia y firmeza al analizar la situación legal y judicial de la defensa de la vida en España, según el texto que publica Infovaticana.
Se refiere directamente al papel del Tribunal Constitucional en la defensa del niño por nacer. Especifica que los nuevos magistrados y su nuevo presidente (un veterano alto cargo socialista) "llegan con el deseo de arrasar".
"El Alto Tribunal se ha pronunciado, pues, ni más ni menos que doce años después de ser recurrida [la ley de Zapatero de 2010] por el Partido Popular. La primera pregunta que nos asalta es por qué ha tardado tanto en resolverse el recurso", plantea.
Ofrece una serie de hipótesis: "falta de espíritu de trabajo, nulo compromiso en la defensa de la vida, división interior a la hora de responder, deseo de encontrar un consenso dado que la mayoría conservadora no quería imponer su criterio".
"La resolución ahora tomada demuestra que la búsqueda de equilibrios, que el esfuerzo por mantener un cierto equilibrio en cuestiones en las que no hay mayorías claras, se ha terminado. El nuevo ente y su flamante presidente, llegan con el deseo de arrasar. Su actitud no deja ninguna duda y es un aviso a navegantes de cara al futuro que nos espera cuando le corresponda revisar la ley de la eutanasia, la de educación, etc», denuncia el obispo de Astorga.
"Por desgracia, definitivamente, acabar con la vida de un menor de 14 semanas, incluso unas semanas más para aquellos que tengan algunas deficiencias, es un derecho. Para los que defendemos la vida como el valor más alto a proteger, por mucho que lo avale el Tribunal constitucional, esta ley es injusta y anticientífica, pues permite acabar con una vida humana distinta de la de la madre, tal como indican los datos científicos; una ley que ahonda en la desigualdad, al dejar desprotegido a un grupo humano, simplemente por razones de edad o capacidad".
El obispo detalla además que "se trata también de una ley política, pues está avalada por jueces nombrados por partidos políticos, contaminados de ideología, y que, en algún caso, deberían haberse abstenido por su implicación previa en el asunto. Y, en fin, se trata de una ley hipócrita, puesto que quiere hacernos creer que protege a la mujer cuando en realidad la deja sola a la hora de decidir, cerrándole cualquier otra puerta de salida como el apoyo laboral, económico, social… Desgraciadamente, una vez más, la izquierda radical por razones ideológicas y la derecha liberal, por motivos económicos, se frotan las manos manteniendo el más sucio de los negocios".
"Tenemos que movilizarnos socialmente"
Y añade con más detalles el obispo de Astorga: "No por casualidad, ese mismo día se aprobaba en el Congreso de los Diputados la Ley de bienestar animal que, entre otras cosas, obliga a formarse para cuidar un perro. En contraste, la Ley del aborto niega la información a la mujer sobre lo que se aloja en su vientre y lo que supone la eliminación de esa vida naciente. Estamos ante una verdadera apología de la ceguera, justamente en un campo que toca, ni más ni menos, que al primero de los derechos recogido en la propia Constitución española: el derecho a la vida. La impresión que causa todo esto es que importa más la vida animal que la humana".
"Los que nos sentimos decepcionados por los avances de la cultura de la muerte y nos sentimos desprotegidos por los líderes que nos gobiernan y tienen la responsabilidad de impartir justicia, tenemos que movilizarnos socialmente y asumir la responsabilidad de hacer que crezca y mejore el apoyo a las mujeres gestantes, el cuidado de los pobres, de los enfermos, de los discapacitados, de los ancianos, de los frágiles… Con la ayuda del Dios de la vida y la Madre de la esperanza, todo será posible", exhorta.
El pasado 15 de febrero, los obispos católicos españoles, con representantes musulmanes, evangélicos, anglicanos y de 3 iglesias ortodoxas firmaron un documento conjunto pidiendo que el Estado defienda la vida de todos "desde el principio hasta el final".
El 9 de febrero, al difundirse (por filtración a la prensa, nada oficial) que el Tribunal Constitucional apoyaría el aborto sin causa, por plazos, los obispos publicaron una nota conjunta denunciando el "darwinismo social" y también varios protestaron en sus webs y redes sociales.