Viktor Orbán ha sido reelegido como primer ministro húngaro tras una holgada victoria en las elecciones del 3 de abril con casi el 66% de los votos, lo que ratificó el parlamento húngaro el pasado lunes con 133 votos a favor y 27 en contra.
Es su cuarto mandato consecutivo al frente del Gobierno, y no pocos se preguntan las razones que llevan cada vez a más húngaros a dar su voto al conservador, pues cuenta con la declarada oposición del establishment de la Unión Europea y la prensa internacional.
La embajadora de Hungría en España, Katalin Tóth, ha ofrecido una amplia batería de datos que justifica el impulso al "fenómeno Orbán". Lo hizo durante su intervención en la XVI Jornada de Católicos y Vida Pública de la región vasca, aludiendo como responsables a la revitalización económica húngara bajo el Gobierno conservador, el espeluznante incremento de la fertilidad, la familia y la natalidad y la firmeza en la defensa de lo que define como "valores católicos".
Para los conservadores del partido de gobierno, Fidesz, todo comenzó en 2010, cuando Orbán fue nombrado primer ministro por primera vez. Entonces el país encontró una economía "totalmente rota", y dedicó los primeros años de su gobierno a tratar de fortalecer y recuperar de una forma cordinada el empleo, los sectores económicos y la revitalización de la familia, convencidos de que "no es posible construir una sociedad sana sin familia".
Vida, tradición y matrimonio: rectores constitucionales
Mientras el Gobierno daba sus primeros pasos, la embajadora explicó que Hungría comenzó a integrar como parte de los principios rectores y derechos constitucionales elementos como "la familia, la tradición, la historia propia o el matrimonio entendido como `una decisión voluntaria entre un hombre y una mujer´".
Su Carta Magna, explicó, también reconoce "algo básico" como que "la madre es una mujer y el padre es un hombre" o que la familia tiene otra serie de vínculos que precisan de protección y desarrollo como son los niños o los abuelos.
En este sentido, otra de las "obviedades" citadas por Tóth que recoge su constitución es que "todo ser humano tiene derecho a la vida y la dignidad", lo que se traduce en una radical protección de la vida "desde la concepción" y de "su correcto desarrollo mental, físico y moral".
Algunas de las medidas que han conllevado la enemistad con las instituciones europeas son llevar a término esta promesa y no solo asistir a una drástica reducción del aborto o los divorcios, sino también a "proteger el derecho de los niños de tener una identidad adecuada a su sexo", explica.
Más hijos, más matrimonios y menos aborto
Entre estas cifras que "hablan por sí solas", la embajadora destacó la tasa de fertilidad, que se ha incrementado desde los 1,48 hijos por mujer en 2019 a 1,59 en 2021, y que ha aumentado un 25% en comparación con 2010. "Es el mayor aumento de la Unión Europea", subraya.
Pero es que además, gracias a su batería de políticas de fomento de la familia han nacido 200.000 niños más en el país y el número de matrimonios ha aumentado un 89% desde la llegada de Fidesz al poder: la última vez que asistieron a esta cifra de matrimonios en Hungría fue en 1986. Mientras, el divorcio cae en picado y las cifras de niños abortados se han reducido en más de un tercio del total desde su llegada.
Evidentemente, todo ello son las consecuencias de unas profundas reformas legales y administrativas que necesitan de la acción del Gobierno y del Estado "para asegurar el mantenimiento de nuestra sociedad sana", subraya.
Coches, casas, exención de impuestos...: las claves del éxito
A continuación, Tóth desarrolló tan solo "una parte" de las políticas destinadas a fomentar la creación de familias y a satisfacer sus necesidades en el ámbito fiscal, laboral o de acceso a la vivienda.
Una de las muestras es el 2,5% del PIB que Hungría dedica a la promoción de la familia, una cifra por encima de la media europea (2,2%) y que deja a España (1,3%), con una de los miembros del continente al que menos le importa la familia. Tóth explica que el presupuesto dedicado a las familias por parte de la administración pública se ha triplicado desde que llegaron al gobierno.
Otra de las medidas es la reducción del IRPF en función del número de hijos, que se condona para las madres a partir del cuarto. Además, el mismo impuesto se ha suprimido para los jóvenes menores de 25 años, bajo la filosofía de que se debe incentivar que los jóvenes tengan acceso al trabajo". "El trabajo significa dignidad y sin trabajo, los padres no pueden crecer ni mantener a sus familias, por eso cada medida tiene un vínculo con la realidad", explica.
Los incentivos se incrementan cuanto más numerosa sea la familia, como es el programa de acceso a la compra de vehículos de 7 o más plazas, así como el subsidio por la espera de nuevos hijos para nuevos hogares, que asciende a un máximo de 33.000 dólares (31.000 euros) y sin intereses.
Hogares nuevos, baratos y seguros
Además, desde 2021, Hungría ha bajado el IVA al 5% para todas las viviendas de nueva construcción y asegura una "exención total" de este impuesto a las viviendas adquiridas para albergar nuevas familias, bajo la convicción de que "hay una relación importante entre las familias y sus hogares": "Por eso queremos asegurar que las familias construyan sus casas en un entorno bueno para sus hijos".
En este sentido, explica otro de los programas aprobados en 2015 por el cual se ofrecen subvenciones y financiación a las familias que se comprometan a tener al menos un hijo y que se incrementan por cada hijo extra que tengan. Más de 200.000 familias se han beneficiado de este paquete especial de ayudas.
Entre otros aspectos, menciona las ayudas del Gobierno para fomentar la conciliación laboral, aplicadas a través de la creación de nuevas plazas preescolares y de guardería, que han aumentado en un 70% en todo el país. "Esto no significa que la mujer tenga que regresar al trabajo", de hecho no tiene por qué hacerlo, pero "si quieren, pueden. La infraestructura les permite volver al mercado cuando quieran, y sin perder el derecho de acceso a las prestaciones por maternidad".
El Gobierno lleva años buscando no solo proteger a la población anciana, sino también de integrarla activamente en el proceso educador de los hijos y nietos gracias a subvenciones gubernamentales a las que también tienen acceso.
El aplastante éxito de la ley de protección a la infancia
Otra de las medidas estelares del Gobierno conservador es la ley aprobada en 2021 para la protección a la infancia del adoctrinamiento de género en la escuelas. Una ley que, lejos de lo que se ha querido transmitir, "no tiene nada que ver con que el Gobierno quiera intervenir en la vida privada" de los húngaros. Al contrario: "Hablamos del derecho exclusivo de las familias que tienen en la participación de la educación de los hijos", pues "es su derecho asegurar un desarrollo sano".
Con estas palabras, Tóth se refirió a la polémica ley de protección a la infancia, que prohíbe la difusión de propaganda sobre la homosexualidad o la reasignación de género en las escuelas por no ser "el lugar adecuado".
Ante un feroz ataque de la Unión Europea inmediatamente después de aprobar la ley, el Gobierno húngaro prometió someter esta ley a referéndum entre la población, lo que tuvo lugar el mismo domingo en que Orbán obtuvo la victoria electoral.
Los datos arrojados por el referéndum fueron abrumadores:
- La primera, relacionada con el adoctrinamiento en escuelas, consiguió un 92,34% de votos diciendo "no".
-En la segunda, sobre la difusión de las terapias de reasignación de sexo sobre menores, el "no" logró un 95,89%.
-La tercera, relativa a la exposición infantil a contenidos sexuales explícitos, tuvo un 95,32% que dijeron "no".
-En la cuarta y última, sobre el apoyo a que se muestre contenido multimedia de cambios de sexo a menores, el 95,17% de los votantes dieron su apoyo al Gobierno.
En defensa de los "valores católicos"
Antes de concluir, Tóth se refirió a la motivación también religiosa del Gobierno en defender la vida y la familia. "[El Gobierno] no tiene dudas de que quiere seguir trabajando según esos valores tradicionales como la familia, el núcleo de la sociedad sana. Hablamos de valores tradicionales, de valores católicos que significan mucho en nuestras raíces. Tenemos que seguir trabajando", expresó. Unas palabras semejantes a las expresadas al Papa por el Gobierno, al asegurar que, pese a los ataques que reciban, "el cristianismo no es una opción, sino una cuestión predeterminada".