Según una encuesta del Lawrence Research Institute de California realizada en los cincuenta estados de Estados Unidos, el 64% de los norteamericanos considera que el matrimonio es una unión entre un hombre y una mujer, frente a un 33% que defiende que reciba también ese nombre la unión entre personas del mismo sexo.
Además, el 58% de los encuestados considera que el matrimonio ha sido instituido por Dios, frente a un 40% que lo considera una institución puramente humana.
Actualmente seis estados (Nueva York, Massachusetts, Vermont, New Hampshire, Iowa y Connecticut), además del Distrito de Columbia (capital federal), reconocen como matrimonio las uniones homosexuales.
El lobby gay está presionando para que esa equiparación se establezca mediante una ley federal que afectase a todo el país, a pesar de que hay una opinión pública contraria y de que en lugares tan significativos como California, donde ha sido sometido a referéndum, el pueblo ha votado a favor del matrimonio entre hombre y mujer. En esos referendos hasta 40 millones de estadounidenses han respaldado con su voto la concepción natural del matrimonio.
Aunque Barack Obama se mostró durante la campaña electoral contrario al matrimonio homosexual, en las últimas semanas ha dejado entrever un cambio de posición, ante la necesidad de mantener votos en uno de sus caladeros en unas circunstancias de popularidad decreciente a un año de las elecciones presidenciales.
Los obispos norteamericanos, por su parte, se han dirigido a Obama para defender la Ley de Defensa del Matrimonio promulgada en 1996, que lo define exclusivamente entre hombre y mujer.