Desde que se implantó el aborto en Nepal, un país de 28 millones de habitantes, han sido suprimidos 89.000 embarazos, y más del 70% en jóvenes menores de 24 años.
Hasta tal punto se ha convertido en un método anticonceptivo normal y corriente, que el mismo gobierno que lo introdujo está asustado de las cifras. "Vamos a crear una comisión para estudiar este fenómeno e intervenir rápidamente. Entre las posibles decisiones figura la concreta posibilidad de cancelar la legalización del aborto", explicó a Asia News el ministro de Sanidad, Shakti Bahadur Basnet.
Un reciente informe de su departamento detectó un incremento del 42% en el número de abortos realizados tanto en clínicas estatales como en abortorios privados. Según uno de ellos, que realiza el 80% de los abortos privados, sólo en este año 18.000 madres adolescentes entre 15 y 18 años han acudido a ellos con ese fin.
Jyoti Baniya, dirigente de una asociación de padres nepalí, comparte la alarma social: "El gobierno tiene que prohibir el aborto y salvar la vida de las madres y los hijos. La interrupción legal del embarazo ha animado a nuestros hijos a practicar el sexo libre, poniendo en peligro la vida y la salud de millares de adolescentes".
La legislación actual data de 2006, justo al finalizar la guerra civil provocada por la guerrilla maoísta.