Uno de los ámbitos que están proliferando en los estudios de psicólogos de niños y adolescentes es la cada vez menor influencia de sus padres en su comportamiento. Hay quienes lo achacan a la falta de comunicación, otros a la pérdida de concentración en niños y jóvenes. También se concluye que la inmadurez de los padres repercute negativamente en cómo les ven sus hijos, lo que sucede también cuando se les transmiten patrones de familias desestructuradas.
Independientemente del motivo, muchos padres se preguntan cómo pueden ser eficaces a la hora de hablar con sus hijos, de lograr influir en su comportamiento y cosmovisión y de que perciban en ellos una figura de referencia en la que basarse.
Desde hace una década, la iniciativa fundada por el abogado y padre de familia numerosa Mark Merrill, Family First, ofrece asesoramiento y programas apostólicos destinados por entero a mejorar la relación familiar y matrimonial. Especialmente desde el programa All Pro Dad, dedicado a ayudar a cada padre a "ser un héroe" para sus hijos.
En su último post, el especialista en liderazgo familiar de la organización, B. J. Foster, ha abordado la candente cuestión de la pérdida de influencia del padre en el hijo, ofreciendo cinco pautas para potenciar las cualidades de un buen padre. Y con ellas, la capacidad de tener un impacto real en los hijos de forma efectiva.
1º Nada como la coherencia y el ejemplo para llegar
Menciona que las decisiones cotidianas de cada padre pueden ser tan influyentes en los hijos como para ser "dadoras de vida o destructivas", aunque los niños siempre "tenderán" hacia las primeras.
Por ello, cita el "no nos cansemos de hacer el bien" de Gálatas 6:9 para animar a "hablar y moldear lo bueno" con los hijos: "La coherencia mantenida en el tiempo equivale a tener impacto. Si defiendes constantemente lo que es bueno, verdadero y honesto, será más probable que todo eso se transmita a tus hijos".
J.B.Foster es director de contenidos en All pro dad, donde invierte toda su experiencia como padre, casado y líder empresarial.
2º Ser fiel en lo pequeño conquistará a tus hijos
No es ningún secreto que para ser coherente, "tomar buenas decisiones requiere autocontrol en la mayoría de los casos". En caso contrario, agrega, "una persona que cede a los impulsos, emociones y deseos egoístas hará que los niños se sientan inseguros y generará en ellos desconfianza". Por ello, "ser fiel en las pequeñas cosas es una de las cualidades de un buen padre que conquistará el corazón de tus hijos".
3º La formación y la empatía
"Si queremos ser eficaces, especialmente con nuestros hijos, necesitamos crecer en conocimiento y sabiduría", afirma. Además de la autoridad que proporcionan ambos aspectos, también potencian la empatía con los demás y con los propios hijos, de forma que "llegamos a comprender su dolor, lo sentimos, lo escuchamos más y podemos acompañarles en su sufrimiento. Hace que la empatía brote de nosotros y cuando nuestros hijos ven que estamos con ellos, nuestras palabras y acciones tienen un impacto más profundo y duradero".
4º La valía y llegada del padre se prueba en la dificultad
Como padre, Foster admite que en ocasiones es una labor "agotadora". Mal afrontado puede suponer un hartazgo que se plasma en cientos de búsquedas mensuales en Google de las palabras "odio ser padre". Sin embargo, son especialmente los momentos u "oportunidades" cruciales -muchos difíciles- como al plantearse dejar de fumar, desanimarse, dejar de prestar atención o hacer un poco más de esfuerzo puntual los que "definen el tipo de padre que eres".
"Son los momentos difíciles los que definen el tipo de padre que eres".
"Y si lo que quieres es ser un padre excelente, entonces debes perseverar en las tentaciones y momentos difíciles. Cuando comienzas a perder las fuerzas es cuando debes redoblar tus esfuerzos y comprometerte. Tus hijos verán tu sacrificio, determinación y fiabilidad y hará que lo que digas y hagas tenga más peso", sugiere.
5º "A más ames a tus hijos, más durará tu huella"
"Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe". En base a esta cita de Corintios 13:1, Foster aporta su último consejo mencionando que un padre puede moldear a sus hijos y enseñarles lo mejor, pero sabiendo que el ingrediente "más importante" para hacerlo eficazmente "es el amor".
"Sin amor, todos tus intentos de influir en tus hijos no valdrán de nada. Dios es amor, y cuanto más lo conocemos, más nos permite amar más profundamente, a veces más de lo que creíamos posible. Cuanto más ames, más duradera será tu huella".