«El Gobierno no puede compartir la afirmación de que la interrupción del embarazo sea la eliminación de la vida de un ser humano». Esta es la tesis que defiende el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero en una respuesta parlamentaria a un pregunta escrita destinada a Bibiana Aído y presentada el pasado 15 de abril por el diputado de UPN, Carlos Salvador.
En su extraña interpretación de lo que es el aborto, Igualdad argumenta que el «Estado debe proteger la vida del no nacido y ello debe hacerse desde el inicio de la gestación y hasta el momento del nacimiento». Pero como esta evidencia casa mal con la «reforma Aído», un poco más adelante, retuerce su interpretación para señalar que «abortar no supone acabar con una vida humana porque sobre el concepto de ser humano no existe una opinión unánime, una evidencia científica, ya que por vida humana nos referimos a un concepto complejo basado en ideas o creencias filosóficas, morales, sociales y, en definitiva, sometida a opiniones o preferencias personales».
Curiosa interpretación de un hecho científico e irrefutable. Cerca de tres millares de intelectuales, catedráticos, profesores universitarios médicos y sanitarios, muchos de ellos eminencias en Biología Celular, Genética, Bioética o Microbiología como los profesores César Nombela, Nicolás Jouvé o Mónica López Barahona rubricaron en marzo de 2009 el Manifiesto de Madrid considerado como «una referencia insoslayable de la opinión científica española sobre el aborto». En su informe, los firmantes dejaron claro que «la vida humana empieza en el momento de la gestación».
Sin embargo, esta evidencia ha sido ignorada por la ministra que ya expuso en su día su opinión de que «un feto de 13 semanas es un ser vivo, pero no es un ser humano». Como se recordará la ley que entró en vigor el pasado 5 de julio permite el aborto libre hasta la semana 14. Hasta el momento, nadie del Gobierno ha explicado cómo un feto de 13 semanas no es humano, pero sí lo es con 14.
El departamento de Aído ha necesitado casi seis meses para contestar al miembro del Grupo Mixto. El registro del Congreso marcó a las 11.49 del pasado viernes la entrada de la respuesta a una pregunta que fue formulada el 15 de abril. Carlos Salvador redactó su petición justo al día siguiente en que Bibiana Aído, hablando de violencia machista, asegurara en sede parlamentaria que «un país no será digno mientras una sola persona pueda sufrir maltrato». A raíz de este aserto, el diputado redactó las siguientes cuestiones lanzadas a la ministra: «¿Considera o no la eliminación de la vida de un ser humano no nacido un acto de maltrato?». Para apuntillar: «Si la acción de abortar comporta la eliminación de una vida humana, única e irrepetible, ¿en qué ética se basa su argumentación para aceptar como un derecho de la mujer, el mayor maltrato que se pueda hacer a una vida humana como es su eliminación?».